Avatar (de James Cameron)
Aunque excesivamente inflada por su propio aparato promocional, el regreso de Cameron resulta una experiencia cinematográfica en sí misma y un glorioso entretenimiento, siempre y cuando se haya visto en 3D en una sala de cine.
El trabajo de este creador para lograr una nueva tecnología de filmación y proyección, más cercano a la ciencia que al arte, resulta admirable.
Carancho (de Pablo Trapero)
La película más intensa y visceral (literal y metafóricamente) de Trapero. Su registro ultra verosímil se pone al servicio de un film 'casi' de género. Ricardo Darin y Martina Gusman transmiten un estado de urgencia y desesperación, pero también necesidad y ternura. El otrora conocido como "Nuevo cine argentino" está evolucionando.
Invictus (de Clint Eastwood)
Nada mejor que la capacidad del viejo Clint para las sutilezas humanas a la hora de transmitirnos la filosofía de coexistencia de Nelson Mandela. Sin subrayados, el estilo discreto y clasicista de Eastwood nos permite reparar en pequeños detalles para contarnos sobre donde reside la grandeza de un líder. Freeman brilla y Matt Damon hace un gran trabajo “desapareciendo” y convirtiéndose en un hombre común puesto en circunstancias extraordinarias.
Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (Män som hatar kvinnor , de Niels Arden Oplev )
El cine sueco reclama nuevamente nuestra atención, la obra de Stieg Larsson es llevada al cine y el resultado es fascinante. Tiene todos los elementos de un Best Seller: misterio, sexo, violencia y sordidez. Pero el guión funciona a la perfección y los escenarios gélidos son perfectos para este film. Lo más atrayente es la protagonista principal (interpretada por la ascendente Noomi Rapace) una chica dark bisexual con un pasado terrible y un presente no mucho mejor. Un gran exponente de film noir.
Un Profeta (Un prophète, de Jacques Audiard)
Drama carcelario, policial y biopic en partes iguales, este film francés cuenta con una narración vigorosa: la historia de un ladrón de medio pelo que empieza a conocer, y aprender, los códigos y los juegos del poder del mundo del hampa. Vivir y aprender. Un film refinado y solido, en la mejor tradición del género.
Aunque excesivamente inflada por su propio aparato promocional, el regreso de Cameron resulta una experiencia cinematográfica en sí misma y un glorioso entretenimiento, siempre y cuando se haya visto en 3D en una sala de cine.
El trabajo de este creador para lograr una nueva tecnología de filmación y proyección, más cercano a la ciencia que al arte, resulta admirable.
Carancho (de Pablo Trapero)
La película más intensa y visceral (literal y metafóricamente) de Trapero. Su registro ultra verosímil se pone al servicio de un film 'casi' de género. Ricardo Darin y Martina Gusman transmiten un estado de urgencia y desesperación, pero también necesidad y ternura. El otrora conocido como "Nuevo cine argentino" está evolucionando.
Invictus (de Clint Eastwood)
Nada mejor que la capacidad del viejo Clint para las sutilezas humanas a la hora de transmitirnos la filosofía de coexistencia de Nelson Mandela. Sin subrayados, el estilo discreto y clasicista de Eastwood nos permite reparar en pequeños detalles para contarnos sobre donde reside la grandeza de un líder. Freeman brilla y Matt Damon hace un gran trabajo “desapareciendo” y convirtiéndose en un hombre común puesto en circunstancias extraordinarias.
Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (Män som hatar kvinnor , de Niels Arden Oplev )
El cine sueco reclama nuevamente nuestra atención, la obra de Stieg Larsson es llevada al cine y el resultado es fascinante. Tiene todos los elementos de un Best Seller: misterio, sexo, violencia y sordidez. Pero el guión funciona a la perfección y los escenarios gélidos son perfectos para este film. Lo más atrayente es la protagonista principal (interpretada por la ascendente Noomi Rapace) una chica dark bisexual con un pasado terrible y un presente no mucho mejor. Un gran exponente de film noir.
Un Profeta (Un prophète, de Jacques Audiard)
Drama carcelario, policial y biopic en partes iguales, este film francés cuenta con una narración vigorosa: la historia de un ladrón de medio pelo que empieza a conocer, y aprender, los códigos y los juegos del poder del mundo del hampa. Vivir y aprender. Un film refinado y solido, en la mejor tradición del género.
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