El Origen (Inception, de Cristopher Nolan)
El de Nolan es un cine de ideas más que de sentimientos. Y aquí construye su propia biblioteca de Babel donde el subconsciente se convierte en una compleja estructura arquitectónica y la culpa es capaz de materializarse. Existencialismo, vértigo y un gusto particular por los laberintos. Una especie de Jorge Luis Borges.
Red Social (The Social Network, de David Fincher)
Muchos nos preguntábamos lo mismo: ¿que tan interesante puede ser una película sobre la creación de Facebook?. Bien, aquí se demuestra que el arte tiene que ver con cómo se cuenta una historia más que con la historia misma. Fincher canta cada día mejor, cada vez más preciso, lucido y sutil. Su paleta de colores es evidentemente más abarcativa que la de la mayoría y su pincel más fino. Comparten su merito el guionista Aaron Sorkin y su protagonista, Jesse Eisenberg, otra de las revelaciones del año.
Toy Story 3 (de Lee Unkrich)
Fantástica historia sobre las tristezas y alegrías de crecer. Cuando los Beatles no paraban de hacer una gran canción atrás de otra se empezó a hablar de Beatlemania. Señoras y señores, bienvenidos a la Pixarmania.
Vivir al Limite (The Hurt Locker, de Kathryn Bigelow)
Finalmente esta directora está recibiendo la atención que merece. Esta película sobre un desactivador de bombas en Irak se convierte en una tranquila pesadilla sobre los estados mentales que genera la guerra. Remite al cine revisionista norteamericano de los ´70, con su tensión latente y una constante sensación de extrañamiento que nos incomoda con sus observaciones silenciosas y nos lleva lentamente hacia un estado de reflexión, gran virtud para estos tiempos de ritmos alocados. Y está filmada con la excelencia técnica y escénica que la directora ya ha demostrado.
Kick-Ass (de Matthew Vaughn)
Comedia adolescente, película de aventuras, película de acción en la línea de Kill Bill e historia de superhéroes. Este film sobre un chico que decide convertirse en superhéroe se mueve con asombrosa comodidad entre comedia, violencia y drama. Tiene el gran merito de traernos de vuelta al Nicolas Cage que nos gusta y cuenta con la gran revelación del año: la niña Chloe Moretz.
El de Nolan es un cine de ideas más que de sentimientos. Y aquí construye su propia biblioteca de Babel donde el subconsciente se convierte en una compleja estructura arquitectónica y la culpa es capaz de materializarse. Existencialismo, vértigo y un gusto particular por los laberintos. Una especie de Jorge Luis Borges.
Red Social (The Social Network, de David Fincher)
Muchos nos preguntábamos lo mismo: ¿que tan interesante puede ser una película sobre la creación de Facebook?. Bien, aquí se demuestra que el arte tiene que ver con cómo se cuenta una historia más que con la historia misma. Fincher canta cada día mejor, cada vez más preciso, lucido y sutil. Su paleta de colores es evidentemente más abarcativa que la de la mayoría y su pincel más fino. Comparten su merito el guionista Aaron Sorkin y su protagonista, Jesse Eisenberg, otra de las revelaciones del año.
Toy Story 3 (de Lee Unkrich)
Fantástica historia sobre las tristezas y alegrías de crecer. Cuando los Beatles no paraban de hacer una gran canción atrás de otra se empezó a hablar de Beatlemania. Señoras y señores, bienvenidos a la Pixarmania.
Vivir al Limite (The Hurt Locker, de Kathryn Bigelow)
Finalmente esta directora está recibiendo la atención que merece. Esta película sobre un desactivador de bombas en Irak se convierte en una tranquila pesadilla sobre los estados mentales que genera la guerra. Remite al cine revisionista norteamericano de los ´70, con su tensión latente y una constante sensación de extrañamiento que nos incomoda con sus observaciones silenciosas y nos lleva lentamente hacia un estado de reflexión, gran virtud para estos tiempos de ritmos alocados. Y está filmada con la excelencia técnica y escénica que la directora ya ha demostrado.
Kick-Ass (de Matthew Vaughn)
Comedia adolescente, película de aventuras, película de acción en la línea de Kill Bill e historia de superhéroes. Este film sobre un chico que decide convertirse en superhéroe se mueve con asombrosa comodidad entre comedia, violencia y drama. Tiene el gran merito de traernos de vuelta al Nicolas Cage que nos gusta y cuenta con la gran revelación del año: la niña Chloe Moretz.
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