Hubo una reunión de un grupo de seguidores en los alrededores de Isla Negra, costa del Pacífico.
Era el atardecer.
Silo comía nueces tranquilamente. Durante largo rato estuvo interesado en una formación rocosa sobre la que se alzaban cimientos carcomidos por la salinidad del lugar, o tal vez por el paso del tiempo.
De pronto giró sobre sí y ofreciendo una nuez al más viejo de sus compañeros, preguntó burlonamente: “¿Qué es más importante, el cuerpo o el espíritu?”
El hombre (conocido como persona de sentido crítico) tomó la nuez sin responder y luego de abrirla comprobó que estaba hueca. Entonces, preguntó a su vez con fingido malhumor:
-¿Qué necesidad corresponde saciar primero, la del cuerpo o la del espíritu?
Ante esto, Silo dijo:
“¿A dónde va a parar tu vida sino a la muerte y qué interesa de lo que has hecho cuando mueres? Yo te digo que lo importante es el espíritu, y cualquier religión, que empujada por los tiempos no diga exactamente ésto, sirve al Estado y miente.
Cualquier religión que esté poniendo la Sociedad o el Dinero por encima del espíritu miente al pueblo que pretende redimir.
Con el pretexto de lograr pan para el pueblo, los filisteos le dan hambre y además postergan al espíritu.
Tú debes proceder de manera distinta al filisteo. Mientras das fe al pueblo, lucha con él para que no le falte pan, para que no haya pobres ni ricos, sino hermanos.
Cualquiera que predique estas cosas, postergando al espíritu para más adelante, quiere oprimirte.
El espíritu no es para mañana, sino para hoy. El hambre no puede saciarse pasado mañana, sino hoy”.
Entonces, el interlocutor miró a Silo con aire insatisfecho. Luego exhibió una nuez que tenía guardada y empezó a comerla despreocupadamente.
Era el atardecer.
Silo comía nueces tranquilamente. Durante largo rato estuvo interesado en una formación rocosa sobre la que se alzaban cimientos carcomidos por la salinidad del lugar, o tal vez por el paso del tiempo.
De pronto giró sobre sí y ofreciendo una nuez al más viejo de sus compañeros, preguntó burlonamente: “¿Qué es más importante, el cuerpo o el espíritu?”
El hombre (conocido como persona de sentido crítico) tomó la nuez sin responder y luego de abrirla comprobó que estaba hueca. Entonces, preguntó a su vez con fingido malhumor:
-¿Qué necesidad corresponde saciar primero, la del cuerpo o la del espíritu?
Ante esto, Silo dijo:
“¿A dónde va a parar tu vida sino a la muerte y qué interesa de lo que has hecho cuando mueres? Yo te digo que lo importante es el espíritu, y cualquier religión, que empujada por los tiempos no diga exactamente ésto, sirve al Estado y miente.
Cualquier religión que esté poniendo la Sociedad o el Dinero por encima del espíritu miente al pueblo que pretende redimir.
Con el pretexto de lograr pan para el pueblo, los filisteos le dan hambre y además postergan al espíritu.
Tú debes proceder de manera distinta al filisteo. Mientras das fe al pueblo, lucha con él para que no le falte pan, para que no haya pobres ni ricos, sino hermanos.
Cualquiera que predique estas cosas, postergando al espíritu para más adelante, quiere oprimirte.
El espíritu no es para mañana, sino para hoy. El hambre no puede saciarse pasado mañana, sino hoy”.
Entonces, el interlocutor miró a Silo con aire insatisfecho. Luego exhibió una nuez que tenía guardada y empezó a comerla despreocupadamente.
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