Con carga de infantería, perros, balas de goma, la policía bonaerense descargó una violenta represión desde adentro y desde afuera de la fábrica de Kraft Foods (grupo económico que en su momento compró a Terrabusi). ¿A quiénes reprimieron? A trabajadores despedidos, familiares y organizaciones que estaban dando apoyo. ¿Qué reprimen? El deseo y el derecho de cientos de familias a seguir trabajando dignamente.
La brutal represión a los trabajadores de Kraft-Terrabusi vuelve a traer la discusión sobre la violencia institucional del sistema y las diversas "formas" de protesta. Tal como decía un trabajador de Kraft: a nadie le gusta tener que cortar una ruta; antes que esto hemos hecho Festivales, actividades culturales, pero nunca tuvimos visibilidad; nadie nunca se hizo eco de nuestro reclamo. Los grandes medios decían que no podían publicar nada de lo nuestro porque perdían las pautas comerciales de la empresa Kraft (que publicita alfajores, galletitas por radio y TV).
"En vez de solidarizarse con nosotros, priorizan la guita que le tiran estos consorcios extranjeros. Y ahora, porque cortamos las rutas, criminalizan nuestra protesta. Pero nada dijeron el año pasado cuando los empresarios del campo hicieron lo mismo... nadie los criminalizó a ellos, porque es gente "bien", "decente"... nosotros, que realmente queremos seguir trabajando, tenemos que bancarnos los palos de la policía y ahora también la humillación a la que nos someten los grandes medios... ¿cómo le explico a mi hijo que no soy un delincuente?"
No es correcto, ni viable, ni creíble suponer -como lo hacen algunos- que la defensa del derecho constitucional al trabajo y la evitación de su pérdida, sabiendo lo que esto significa para familias que dependen del salario para vivir, pueden ser objeto de solución sólo por vía "cultural", judicial, u objeto de discusión sobre cuál autoridad jurisdiccional debería hacerse cargo.
El Estado debe intervenir protegiendo los derechos constitucionales y garantizando el derecho tanto a la protesta como a la obtención de soluciones justas, tutelando especialmente a la parte más débil de un conflicto. Caso contrario, se favorecerá -por acción o por omisión- la gravitación de la lógica brutal del más fuerte.
REVISTA BATAHOLA
La brutal represión a los trabajadores de Kraft-Terrabusi vuelve a traer la discusión sobre la violencia institucional del sistema y las diversas "formas" de protesta. Tal como decía un trabajador de Kraft: a nadie le gusta tener que cortar una ruta; antes que esto hemos hecho Festivales, actividades culturales, pero nunca tuvimos visibilidad; nadie nunca se hizo eco de nuestro reclamo. Los grandes medios decían que no podían publicar nada de lo nuestro porque perdían las pautas comerciales de la empresa Kraft (que publicita alfajores, galletitas por radio y TV).
"En vez de solidarizarse con nosotros, priorizan la guita que le tiran estos consorcios extranjeros. Y ahora, porque cortamos las rutas, criminalizan nuestra protesta. Pero nada dijeron el año pasado cuando los empresarios del campo hicieron lo mismo... nadie los criminalizó a ellos, porque es gente "bien", "decente"... nosotros, que realmente queremos seguir trabajando, tenemos que bancarnos los palos de la policía y ahora también la humillación a la que nos someten los grandes medios... ¿cómo le explico a mi hijo que no soy un delincuente?"
No es correcto, ni viable, ni creíble suponer -como lo hacen algunos- que la defensa del derecho constitucional al trabajo y la evitación de su pérdida, sabiendo lo que esto significa para familias que dependen del salario para vivir, pueden ser objeto de solución sólo por vía "cultural", judicial, u objeto de discusión sobre cuál autoridad jurisdiccional debería hacerse cargo.
El Estado debe intervenir protegiendo los derechos constitucionales y garantizando el derecho tanto a la protesta como a la obtención de soluciones justas, tutelando especialmente a la parte más débil de un conflicto. Caso contrario, se favorecerá -por acción o por omisión- la gravitación de la lógica brutal del más fuerte.
REVISTA BATAHOLA
3 comentarios:
Lo que esta criminalizado desde hace tiempo es la autonomia de cada empresa para tomar y despedir empleados segun sus necesidades. Especialmente en un pais que no ofrece ninguna clase de estabilidad. Existe algo llamado indemnizacion para proteger al empleado despedido.
Y tengo un flash informativo para el comodo y politicamente correcto autor de esta nota (cuya carga ideologica y clasista salpica la cara): los cortes de ruta no los inventó el campo.
Ponganse al frente de una empresa, tengan empleados y despues hablamos.
Tal como vos argumentas, existe algo llamado indemnización para proteger al empleado despedido.
Lamentablemente, Kraft Foods envió 155 telegramas de despido sin indemnización.
Echan gente y no le reconocen sus derechos.
Las protestas pacíficas organizadas para denunciar esta medida fueron ignoradas por los grandes medios.
Nadie ha dicho que los cortes de ruta son un invento del campo. Se ha cuestionado el manejo de los medios con respecto a los cortes de un sector y del otro sector.
La propuesta de no comprar productos Kraft hasta que resuelvan la situación está enmarcada dentro de la Desobediencia Civil, un invento de Mahatma Gandhi que tambien fue aplicado por Luther King (hoy considerados simbolos de la paz pero en su momento fueron cuestionados y atacados por cuestionar los grandes intereses).
"Ponganse al frente de una empesa, tengan empleados y despues hablamos".
Sabés de qué lado vas a ubicarte. Podés despedir empleados segun tus necesidades y nadie va a atacate por eso. Ahora bien, vos elegis entre despedirlos sin indemnización o podes reconocer sus derechos.
El hecho de que estés al frente de una empresa no te ubica en la obligación moral de defender a todas las emperesas y todos sus accionares.
Creo que, en algun punto, te lo tomás como algo personal, como un ataque hacia vos, cuando en realidad no es así.
No vale la pena con la impersonalidad de la web, lo hablaremos extensa y fraternalmente en la proxima reunion, espero que sea pronto.
Estimado Amigo (sin ironia ni sarcasmo).
No lo estoy tomando como algo personal, aunque sin duda me toca de cerca por ser dueño de una empresa.
La realidad es que si yo hecho un empleado y me niego a pagarle indemnizacion, estoy expondiendome para que me haga un agujero gigante. Esto no es chiste, las leyes laborales protegen en serio a los trabajadores y la empresa siempre pierde los juicios, tenga razon o no. Y hay abogados por todos lados buscando hacer juicios laborales porque son faciles y rentables. Ni hablar si un grupo de empleados va al sindicato diciendo que los echaron sin indemnizacion, en pocos dias me paran la fabrica y se terminó.
Estas cosas son reales, por eso no hace falta cortar una ruta escencial, en hora pico y con toda la mala leche.
Cada uno tiene derecho a comprar o dejar de comprar lo que quiera (no creo que eso califique como desobediencia civil).
El motivo de mi reaccion es que este discurso (el de empresa-demonio y empleado-victima) ya cansa, es la postura que se toma en forma canonica para cualquier tema (y el gobierno es el primero en hacerlo) y estoy francamente harto de esa linea de pensamiento cargada de rencor y populismo. Y estoy cansado de que cualquiera corte una ruta por cualquier cosa.
Lo peor de todo esto es que nos ponen obstaculos a nosotros, y no a los que realmente tienen el poder.
Es puro intercambio de opiniones, y aqui esta la mia (opinion digo).
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