lunes, 8 de noviembre de 2010

EL TRABAJO CON LA FRECUENCIA DE NO-RUIDO, de Silo


Mar del Plata. 18 de octubre de 1975


2) Trabajo con la frecuencia de no-ruido:

A: El "ruido".

Es el registro del desequilibrio de niveles. Los arrastres, inercias y rebotes, actuando de conjunto, se expresan como "ruido" para el trabajo de la conciencia en cada nivel.

Este "ruido" tiene sus correspondencias o concomitancias cenestésicas.

Veamos algunos de los indicadores del "ruido":

a) Violencia interna en todas sus variantes.

b) Contradicción.

c) Desproporción entre clima y tarea (o entre clima e idea).

d) Irrupción de climas impropios del nivel de conciencia en que estoy.

e) Tensiones innecesarias al trabajo que realizo.

f) Erótica difundida.

g) Introspección grabada como actitud general.

h) Superestructuras bloqueando o condicionando.

i) Otras más.

B: El "no-ruido".

La frecuencia mental de no-ruido es aquella donde la conciencia trabaja sin estar sometida a tensiones extras, donde no hay interferencias en ese trabajo, donde cada nivel trabaja con el tipo de estructuración y clima que le es propio sin ser presionado o interferido por aquellos de otros niveles. Donde se registran variaciones emotivas, donde se futuriza y actualiza, pero sin que la conciencia quede fijada a esas polaridades o tiempos. Donde si bien hay teñidos emotivos éstos no condicionan con fuerza opresiva.

Así la conciencia circula suavemente por sus distintos niveles de trabajo; sin forzamientos, con trabajo pleno de cada nivel, pasando por ellos casi por péndulo (que es lo que sucede cuando trabajando bien rompemos la inercia de cada nivel).

El Cuaderno de Escuela Nro. 5 habla de "Pureza Interna": no-ensueño, no-sobresalto, paz consigo mismo. Allí vemos alegorizada esta frecuencia mental posibilitaria.

No podemos dejar de lado que también esta frecuencia tiene su correspondencia cenestésica bien particular.

Esta frecuencia es también aquella que se registra cuando desaparece el conflicto y queda sólo el problema a resolver.

Es la de una atención no-prejuiciada, "ingenua" diríamos.

Es la de un correlato emotivo de "buena disposición".

Es la de un correlato motriz con tensiones proporcionadas y oportunas.

Es la de un funcionamiento sexual pleno y no sometido a tensiones.

Es la de una vegetativa en disponibilidad.

Pero es también la frecuencia mental, donde si bien algunos de aquellos aspectos están ausentes, de todos modos no somos "tomados" y guardamos cierta independencia del clima interno.

C: El trabajo con la frecuencia.

Partiendo de la experiencia que uno crea más próxima a esa frecuencia de "no-ruido", trata cotidianamente de permanecer ubicado mentalmente en ella.

Allí conviene que clarifique y robustezca esa experiencia con la filiación de sus características.

Cuando surge el "ruido" observa también sus características y trata suavemente de recuperar la frecuencia que interesa.

Aquí no interesa qué "ruido", o a qué contenido está referido ese "ruido". Sino cómo se expresa. o volcarse hacia adentro en actitudes introspectivas, sino observar cómo es ese funcionamiento alterado.

Cuando se habla de características del "ruido" y del "no-ruido" se alude a:

1) Registros sicológicos: Trabajo de la conciencia. Mecanismos y no objetos de conciencia. Tipo de trabajo mental. Estos tienen un cierto nivel de lenguaje con términos como: atención; niveles de conciencia; tono; clima; introspección; crítica y auto crítica; cadenas asociativas; inercia; rebote; sugestionabilidad; etc.

2) Registros físicos (cenestésicos y kinestésicos): Concomitantes al trabajo de la conciencia. Son las sensaciones físicas que acompañan al trabajo de la conciencia, o al de cualquiera de los centros en general.

Aquí tenemos datos de tensiones, presión, calor, ritmo respiratorio y cardíaco, de postura, de dolor, de acidez, etc., etc. Interesan particularmente, en este caso, los asociados a la cabeza.

Entendiendo el forzamiento como "ruido", este trabajo nos lo proponemos y realizamos con suavidad, lo mantenemos como co-presencia atencional suave.

En la medida en que nuestra comprensión de todo ésto se haga más técnica y precisa, por la cantidad y calidad de los nuevos registros obtenidos, nos resultará más fácil reconocer desde que frecuencia trabajamos o la recuperación y mantenimiento de la apropiada.

Esta suave frecuencia de "no-ruido" pone el ámbito mental apropiado para el resto de los trabajos propuestos, y para cualquier actividad que interese en el sentido del desarrollo de uno mismo y de los demás.

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