No es ya la violencia organizada del general Julio A. Roca en campaña de muerte y despeje de la tierra para entregarla a sus amigos, los actuales y poderosos terratenientes; tampoco los gauchos desalmados cazando hermanos para quitarles las orejas, o los cojones, a cambio de unas monedas; ni siquiera los políticos cosificándoles para que voten su papeleta. Nada de eso. Ahora, en democracia, son los funcionarios elegidos para gobernar quienes envían a la policía a quitarles la tierra primero y luego los matan. O dejan que les maten.
Desde hace tiempo y hace poco fue en el feudo de Mario das Neves, Chubut; o en el Neuquén de la familia Sapag; o en el Río Negro de Miguel Saiz. Esta vez ocurrió en Formosa -la del eterno Gildo Insfrán- en la zona de Laguna Blanca: reprimieron y la policía causó dos muertes: un originario de la comunidad “La Primavera” y un policía, este último por error. La versión policial difiere: “su” muerto recibió el disparo desde los aborígenes.
“La Tupac repudia la represión en La Primavera. El Padre Francisco Nazar nos acaba de informar que la policía ha reprimido y hay dos hermanos muertos. Han esperado la noche. Y como en tiempos de la dictadura, llegó la muerte para quien defiende un derecho.
“Esto que sigue, este escrito, ya es viejo, desgraciadamente.
“En ese momento, miembros de la familia Celias, que ocupan la tierra indígena Qom, armados y montados a caballo dispararon contra el dirigente Qom, Félix Díaz no pudiendo ser alcanzado por las balas “porque los caballos se movían y por eso no pudieron eliminarme físicamente” según expresó. Le tiraron con una escopeta y con balas. Todo esto delante de mucha policía uniformada y de civil que permanentemente están presentes, que van rotando, que con palos infunden miedo y por quienes se sienten amenazados.
“Y como respuesta, el silencio, la complicidad de la patria sojera.
“Por otra parte, la comunidad originaria hace responsable al Ministro de Gobierno, Jorge Abel González por el envío permanente de policía, por esta situación intolerable de violencia, y por algún daño que pueda ocurrir o si muere algún aborigen. Finalmente expresaron que no van a abandonar su reclamo y seguirán, de ser necesario, sufriendo la violencia y la humillación hasta que logren sus justos reclamos”.
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