Según Jeremy Wilson, la fantasía y el misterio parecen haberse convertido en elementos insepardables del nombre de T. E. Lawrence. Para el público en general, Lawrence sigue siendo hoy uno de los ingleses más célebres del Siglo XX. Sin embargo, desde los años ´50, se han planteado dudas sobre sus verdaderos logros y algunos escritores han puesto en tela de juicio el fundamento de su fama.
En 1962, la película "Lawrence de Arabia", dirigida por David Lean, cambió radicalmente la imagen popular de Lawrence y, a partir de entonces, toda una serie de biógrafos sensacoinalistas han continuado el proceso. Muchos de ellos se han permitido especulaciones exageradas, y otros autores posteriores han tratado las sugerencias no demostradas como hechos históricos, añadiendo además sus propias especulaciones. Se han ido acumulando así capas y capas de falsedades, que dan una imagen grotesca de la vida de Lawrence.
En líneas generales (con variantes) es algo así: "Hijo ilegítimo de una maníaca religiosa que domina a sus hijos azotándolos; educado en la primera infancia por un mentor sin escrúpulos llamado D. G. Hoghart y adoctrinado con ideas imperialistas; es enviado a Carchemis para recibir instrucciones de espías; participa en la rebelión árabe; le motivan sus virulentos sentimientos imperialistas (o quiás pro-árabes o pro-sionistas); es violado homosexualmente en Dar´a (o se inventa la historia); se deja llevar por impulsos sanguinarois en Tafas; se compromete con la diplomacia traidora en la Conferencia de Paz y a las órdenes de Churchill en el Ministerio de Colonias; engaña a todo el mundo (o quizás es manipulado por otros); se alista para escapar de todo; se entrega a la flagelación masoquista; tiene inclinaciones sexuales discutibles; busca una madre sustituta en la esposa de Bernard Shaw; y, finalmente, es asesinado por el servicio secreto por razones que sólo pueden insinuarse".
Estos datos biográficos están cargados de especulaciones, errores y exageraciones. El público ya no sabe que creeer y los historiadores han llegado a considerar el tema de Lawrence con cautela, a veces con aversión.
En realidad, la biografía de Lawrence no necesita adornos. Sus experiencias en la rebelión árabe contienen un grado extraordinario de dramatismo: como él mismo dijo, la historia que tenía que contar en su libro "Los siete pilares" era una de las historias "más espléndidas que le haya sido dado escribir a hombre alguno".
Las renuncias de su carrera posterior son también fascinantes. En palabras de Winston Churchill: "El mundo contempla con cierto asombro a un hombre que parece despreocupadamente indiferente al hogar, al dinero, a la comodidad, al rango e incluso al poder y a la fama. El mundo cree, no sin cierto temor, que se trata de alguien al margen de su autoridad; alguien ante quien despliega sus atractivos en vano; alguien extrañamente liberado, indomable, ajeno a las normas convencionales, que actúa al margen de las corrientes normales de la conducta humana."
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