Te lo dedico a vos, que te dejás llevar por los rumores y salís a repetir todas las idioteces que divulgan los irresponsables.
A vos, que no buscás la verdad porque te resulta más cómodo quedarte en el rumor, en el ruido y en las sospechas de aquellos que ocultan sus sospechosos rostros.
A vos, que no medís las consecuencias de tus actos.
A vos, que sos ignorante, mal pensado y cobarde.
Si vas a hacer una acusación, hacela de frente, no ataqués por la espalda. Podés recurrir a las fuentes en vez de formar parte del ruido.
La próxima vez que escuchés una acusación, en vez de salir a divulgarla irresponsablemente tendrías que ser más inteligente y preguntar: ¿De dónde sale esta acusación, quién se beneficia? Y después, podés tener la suficiente valiente de decir: Voy a hablar directamente con los que recibieron esta acusación para escuchar su campana...
Te lo dedico a vos, que venís a saludarme con una sonrisa y, cuando me doy vuelta, intentás clavarme un puñal en la espalda.
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