El próximo jueves se estrena el documental "El último aplauso", de German Kral. No es una exageración decir que es una de las mejores películas del año.
Confieso que fui a verla en un pre-estreno de Nucleo con mucha desconfianza. Había toda una serie de factores que me generaban desinterés: documental, argentina, tango for export, etc.
Tal vez muchos de ustedes sientan el mismo desinterés ante la propuesta del film y les digo: no lo duden, vayan corriendo a verla, no se van a arrepentir.
Es un documental armado como una ficción con una historia muy potente en torno a cuatro cantantes de tango veteranos que deciden reunirse para recuperar la pasión de sus años de trabajo en el legendario Bar el Chino.
La premisa es muy simple, y el resultado es un film con personajes muy queribles, una melancolía inusitada, un desbordante apasionamiento por la música y por la vida y por la vida hecha música y por la música que se transforma en vida. Una película sensible, humana, directa.
No sé qué más decir, todos los elogios parecen exagerados. Pero la verdad es que me estoy quedando corto.
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