Bueno, al final ella resultó ser una chica-esponja. Es decir, una chica que -sin proponérselo- se vió obligada a absorver todas las negatividades de las personas que la rodean. Su falta de carácter, su baja autoestima y todo eso la convirtieron en la esponja ideal. Entonces, cada vez que alguien está de mal humor o se siente insignificante o está atravesando alguna frustración, se acerca a ella para sacarse toda esa suciedad de encima. Sutiles bromas, críticas, cuestionamientos, cualquier método es adecuado para hacerla sentir insegura y débil. Así todos logran sacarle toda la energía, consumirla de a poco, y sentirse mejores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario