sábado, 30 de agosto de 2014

¿Qué ve usted en esta imagen?




Probablemente sólo distinga dos billetes norteamericanos de cinco dólares, de dos emisiones distintas.
Notará que hay diferencia de colores en el sello y la numeración.
Quizás hasta distinga la diferencia de los años de emisión, uno de 1934, otro de 1963.
Sin embargo, hay una diferencia sustancial.
Una diferencia que hace al esquema de poder en el mundo, que podría haberle costado la vida a dos Presidentes norteamericanos, según opinión de algunos.
Si afina la atención, notará que en el primero, hay una frase que reza:
"Federal Reserve Note" (billete o nota de la Reserva Federal).
En el segundo dice.
"United States Note".
Mírelo bien y aprovéchelo. No verá muchos de esos.
En el año 1910, un grupo de banqueros muy poderosos se reunieron secretamente en la casa del club de caza del poderoso empresario John Pierpont Morgan, en la isla Jeckyll, en la costa del Estado de Georgia.
Su cometido era crear el máximo poder mundial.
Su medio, el dominio sobre la moneda de EEUU.
Tres años después, en una controvertida sesión del Congreso, de esas con trucos de urgencia, con cambios y defecciones de último momento y con el repudio abierto de varios reputados congresistas como el Representante republicano (no marxista) Charles August Lindbergh, se aprobó la creación de la FED como Banco Central de los EEUU, como ente privado emisor de moneda y absoluto dictador de su política monetaria.
Así como el Presidente Abraham Lincoln había decidido tomar el control de la moneda y el crédito a través del Estado, lanzando los "greenbacks" y negándose a tomar el crédito de la banca Rotschild para sostener los gastos de guerra, el Presidente John Kennedy, casi cien años después, tomó una iniciativa similar.
Decidió que el Estado norteamericano debía ser soberano sobre su moneda y dejar de depender de un grupo de banqueros.
Por esa razón firmó el decreto "Executive Order 11110", el 4 de junio de 1963, mediante el cual creaba el billete que usted ve a la derecha, y lo respaldaba en plata y oro del Estado, para retirar de las calles todos los papeles privados de la FED.
Sólo cinco millones lograron salir a circulación, y ya estaban siendo impresos los necesarios para el reemplazo.
En cinco meses, Kennedy encontró una bala en su camino, al igual que su antecesor en intenciones.
Esas casualidades de la historia.
Cuando Kennedy dejó de respirar, el 22 de noviembre de 1963, su sucesor, Lyndon Johnson, sujeto de quien se cree que sólo decidió continuar la guerra, se apresuró a tomar la medida más importante y menos conocida de su gestión: sacar de circulación todos los billetes estatales y reponer los privados.
Finalmente, veinticuatro años después, el Presidente norteamericano con más funcionarios provistos por la banca de inversión de toda la historia, Ronald Reagan, el desrregulador, el liberador, el Menem en inglés, firmó la "Executive Order 12608" que daba por anulada la orden de Kennedy de tener moneda soberana propia para los EEUU.
No sea cosa de que aparezca un tercero a insistir.
Hoy, muchos argentinos ven el verde papel como una ilusión de prosperidad, de seguridad.
Y en su persecusión, no dudan en complicarse la vida y perjudicar a su propia Patria.
Inclusive algunos suponen que existe algun misterioso "respaldo" de esa moneda y fantasean con que representa al Estado más serio y próspero del mundo.
El mismo Estado que hace menos de un año debió suspender todas sus actividades por falta de dinero.
Quizás hasta usted mismo crea que ese papelito representa la prosperidad.
Pues, yo le digo algo sencillo.
La única prosperidad sustentable es la que surge del trabajo eficiente y razonable, la prosperidad compartida, en la proporción adecuada.
Todo lo demás, son ilusiones.
Es prosperidad abusiva de unos y pobreza para la mayoría.
Y balas cancelando las intenciones de los Presidentes rebeldes.

No hay comentarios: