Según Andrés Hax, ya no existen ni existirán los Leonardo Da Vinci: una sola persona que conoce, maneja y ejerce con maestría total todas las disciplinas intelectuales de su tiempo. Las ciencias, en particular, se han fragmentado en especialidades muy específicas, con un caudal de información y teoría tan enorme, que lleva una vida dominarlas. Por una tema puramente logístico (tiempo de estudio, poder intelectual) sería imposible concebir un individuo que entienda en profundidad lo última de la biología, la química, la ingeniería y la física. Ni hablar de la literatura y las artes plásticas.
Insiste Hax en que esto no tiene que ser causa de la frustración o el desgano. De aquí en adelante (y ya hace mucho tiempo), el proyecto humano es y será colaborativo.
Por otro lado, por más que sea imposible dominar todas las disciplinas existentes, nunca ha habido un momento en la historia humana en el que haya existido mayor acceso a la información que cada disciplina científica genera: tanto en el terreno de la divulgación, como en el del detalle técnico.
Esta realidad sólo puede enriquecer a las ciencias en general y también a los individuos no especializados (el lector o ciudadano común) que quiere entender la compleja realidad de nuestro mundo y nuestro cosmos.
Insiste Hax en que esto no tiene que ser causa de la frustración o el desgano. De aquí en adelante (y ya hace mucho tiempo), el proyecto humano es y será colaborativo.
Por otro lado, por más que sea imposible dominar todas las disciplinas existentes, nunca ha habido un momento en la historia humana en el que haya existido mayor acceso a la información que cada disciplina científica genera: tanto en el terreno de la divulgación, como en el del detalle técnico.
Esta realidad sólo puede enriquecer a las ciencias en general y también a los individuos no especializados (el lector o ciudadano común) que quiere entender la compleja realidad de nuestro mundo y nuestro cosmos.
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