Anotaciones del 1º de septiembre:
Pienso todo el día en el proyecto literario de Traginnea, una iniciativa que se puso en marcha cuando tenía 22 años pero no pude concretar (era un proyecto demasiado ambicioso) y lo dejé a un costado para retomarlo en algún momento en el que mi solidez y seguridad como escritor estuviera más establecida.
Han pasado unos cuantos años y compruebo que el tiempo no pasó en vano. Me siento más cercano al universo de Traginnea. Seguramente me ocupé de esto cuando finalicé la laboriosa elaboración de Enter Miraski.
Veamos: el proyecto de Traginnea se divide en dos libros. Primero tenemos la "Historia de Traginnea", es decir, un pseudo libro de investigación sobre un país ficticio ubicado en la frontera de Argentina, Uruguay y Brasil. Aquí tenemos las crónicas de la independencia, las guerras civiles, y toda una serie de hechos sociales, culturales, políticos disparatados.
Y después tenemos "Traginneos", donde contamos las historias de una docena de personajes de ese país (escritores, ladrones, policías, boxeadores, taxistas, etc).
Los primeros capítulos nos cuentan las idas y vueltas de estos personajes. Algunos se conocen entre sí y otros no, pero todos están relacionados. La estructura argumental ya está armada con fragmentos de algunos capítulos titulados: Breve Biografía de Augusto Dommeneck, Sola, Humano, la Reivindicación de los bares, El subte de las 22.20, etc.
Al final de cada capítulo, hay un personaje que por alguna razón (voluntaria o involuntaria) tiene que viajar a una ciudad del interior llamada Don Lucero.
El centro del libro es un extenso capítulo llamado, precisamente, "Don Lucero", donde nos encontramos a estos personajes que han llegado y atraviesan algunas aventuras.
Y aquí se produce un hecho que ya se venía anunciado en los capítulos anteriores: el general Agustín Valladeros realiza un golpe de Estado y Traginnea se convierte en una dictadura feroz.
Aquí empieza la segunda parte de la novela: todos los personajes se ven involucrados en el nuevo panorama. Algunos colaboran con el régimen y otros se organizan en la Resistencia. Otros deben exiliarse.
El régimen de Valladeres deviene en una sangrienta guerra civil hasta que, aprovechando la inestabilidad imperante, se forma una alianza entre Argentina, Uruguay y Brasil para declarar la guerra a Traginnea (clara alusión a la guerra de la Triple Alianza contra Paraguay).
Traginnea pierde la guerra y el territorio vuelve a anexarse a sus correspondientes países.
Los traginneos se ven oblivados a renunciar a su ciudadanía para ser nacionalizados como argentinos, uruguayos o brasileros.
Obviamente, los traginneos (famosos por su orgullo y su patriotismo) rechazaron la situación y generaron una desesperada rebelión que fue sofocada mediante una sangrienta matanza.
El último capítulo (titulado "Un país que ya no existe") tiene como protagonista al periodista uruguayo Ernesto Cohn, que se dedica a recorrer las ciudades arrasadas y desérticas de la desaparecida nación.
Y esa es la idea.
Pienso todo el día en el proyecto literario de Traginnea, una iniciativa que se puso en marcha cuando tenía 22 años pero no pude concretar (era un proyecto demasiado ambicioso) y lo dejé a un costado para retomarlo en algún momento en el que mi solidez y seguridad como escritor estuviera más establecida.
Han pasado unos cuantos años y compruebo que el tiempo no pasó en vano. Me siento más cercano al universo de Traginnea. Seguramente me ocupé de esto cuando finalicé la laboriosa elaboración de Enter Miraski.
Veamos: el proyecto de Traginnea se divide en dos libros. Primero tenemos la "Historia de Traginnea", es decir, un pseudo libro de investigación sobre un país ficticio ubicado en la frontera de Argentina, Uruguay y Brasil. Aquí tenemos las crónicas de la independencia, las guerras civiles, y toda una serie de hechos sociales, culturales, políticos disparatados.
Y después tenemos "Traginneos", donde contamos las historias de una docena de personajes de ese país (escritores, ladrones, policías, boxeadores, taxistas, etc).
Los primeros capítulos nos cuentan las idas y vueltas de estos personajes. Algunos se conocen entre sí y otros no, pero todos están relacionados. La estructura argumental ya está armada con fragmentos de algunos capítulos titulados: Breve Biografía de Augusto Dommeneck, Sola, Humano, la Reivindicación de los bares, El subte de las 22.20, etc.
Al final de cada capítulo, hay un personaje que por alguna razón (voluntaria o involuntaria) tiene que viajar a una ciudad del interior llamada Don Lucero.
El centro del libro es un extenso capítulo llamado, precisamente, "Don Lucero", donde nos encontramos a estos personajes que han llegado y atraviesan algunas aventuras.
Y aquí se produce un hecho que ya se venía anunciado en los capítulos anteriores: el general Agustín Valladeros realiza un golpe de Estado y Traginnea se convierte en una dictadura feroz.
Aquí empieza la segunda parte de la novela: todos los personajes se ven involucrados en el nuevo panorama. Algunos colaboran con el régimen y otros se organizan en la Resistencia. Otros deben exiliarse.
El régimen de Valladeres deviene en una sangrienta guerra civil hasta que, aprovechando la inestabilidad imperante, se forma una alianza entre Argentina, Uruguay y Brasil para declarar la guerra a Traginnea (clara alusión a la guerra de la Triple Alianza contra Paraguay).
Traginnea pierde la guerra y el territorio vuelve a anexarse a sus correspondientes países.
Los traginneos se ven oblivados a renunciar a su ciudadanía para ser nacionalizados como argentinos, uruguayos o brasileros.
Obviamente, los traginneos (famosos por su orgullo y su patriotismo) rechazaron la situación y generaron una desesperada rebelión que fue sofocada mediante una sangrienta matanza.
El último capítulo (titulado "Un país que ya no existe") tiene como protagonista al periodista uruguayo Ernesto Cohn, que se dedica a recorrer las ciudades arrasadas y desérticas de la desaparecida nación.
Y esa es la idea.
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