El filósofo francés Edgar Morin nació en 1921 y desarrolló el concepto de "pensamiento complejo", que aborda el conocimiento desde vertientes en apariencia disímiles. Es reconocido también por su participación en la Resistencia francesa contra los nazis durante la 2º Guerra y su comportamiento indisciplinado en el Partido Comunista (organismo del que fue expulsado en 1951). También se opuso a la guerra de Argelia. Es decir, al igual que Sartre, Morin es un hombre de pensamiento y de acción.
Según Nicolás Truong, Morin es un filósofo porque ha tocado todos los campos del saber (sociología, antropología, historia inmediate, biología, ciencias de la información) y a partir de ahí intentó entender el sentido y la complejidad.
En una entrevistra reciente, Morin se encarga de recordar su lucha contra el nazismo con una frase interesante: "¿Qué habría sido de nosotros sin la Resistencia? Habríamos tenido una carrera. Gracias a la Resistencia tuvimos una vida". También insiste en que hay varias formas de resistencia. En algunas vale la pena arriesgar la vida y otras vale la pena arriesgar la reputación.
"En primer lugar, hay que recordar que fui un resistente de mediana dimensión. Ni un resistente de la primera hora ni un dirigente importante. Dicho esto, conocí la dificultad de tirarse al agua. Dudé, oscilé. Pero la voluntad de participar en algo superior a mí, de casarme con los combates de mi tiempo fue lo que predominó. Y además, está la fraternidad, el impulso, la fe en el futuro que era lo que nos transportaba. Escapé de los arrestos, de la tortura y de la muerte varias veces. Me acuerdo sobre todo de mi adjunto, Jean Krazatz, ese antifascista alemán que me había dado cita, en 1943, en el cementerio de Vaugirar, en París. Como no lo encuentro, intento ir a buscarlo a su hotel, cerca de la Sorbona. Luego, en las escaleras, no sé por qué, de pronto me invade un cansancio inexplicable. En su habitación, estaba la Gestapo que lo había detenido y esperaban mi llegada. Lo torturaron y lo liquidaron. Hubo tantas citas fallidas con la muerte..."
Según Nicolás Truong, Morin es un filósofo porque ha tocado todos los campos del saber (sociología, antropología, historia inmediate, biología, ciencias de la información) y a partir de ahí intentó entender el sentido y la complejidad.
En una entrevistra reciente, Morin se encarga de recordar su lucha contra el nazismo con una frase interesante: "¿Qué habría sido de nosotros sin la Resistencia? Habríamos tenido una carrera. Gracias a la Resistencia tuvimos una vida". También insiste en que hay varias formas de resistencia. En algunas vale la pena arriesgar la vida y otras vale la pena arriesgar la reputación.
"En primer lugar, hay que recordar que fui un resistente de mediana dimensión. Ni un resistente de la primera hora ni un dirigente importante. Dicho esto, conocí la dificultad de tirarse al agua. Dudé, oscilé. Pero la voluntad de participar en algo superior a mí, de casarme con los combates de mi tiempo fue lo que predominó. Y además, está la fraternidad, el impulso, la fe en el futuro que era lo que nos transportaba. Escapé de los arrestos, de la tortura y de la muerte varias veces. Me acuerdo sobre todo de mi adjunto, Jean Krazatz, ese antifascista alemán que me había dado cita, en 1943, en el cementerio de Vaugirar, en París. Como no lo encuentro, intento ir a buscarlo a su hotel, cerca de la Sorbona. Luego, en las escaleras, no sé por qué, de pronto me invade un cansancio inexplicable. En su habitación, estaba la Gestapo que lo había detenido y esperaban mi llegada. Lo torturaron y lo liquidaron. Hubo tantas citas fallidas con la muerte..."
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