La forma mental es inmóvil y corresponde a:
1) El desarrollo biológico de la especie en su camino evolutivo.
2) A la particular situación histórica y cultural de las que participa cada ser humano.
Es como si esta estructura básica del siquismo tuviera diferentes capas, unas profundas e idénticas para toda la especie y otras más periféricas, características de cada individuo, de cada grupo o pueblo, es decir lo que conocemos como “creencias” o capas más periféricas de la forma mental.
Así el paso del Cromagnon al Homo Sapiens, marca el cambio de la forma mental y una nueva manera de estructurar el mundo y los fenómenos de la conciencia. Cambia la estructura básica del siquismo. Mientras que las diferencias que pudieran apreciarse entre un chino, un esquimal o un occidental, marcan solamente cambios en el sistema de creencias o capas más periféricas de la forma mental, subsistiendo en ellos una misma organización del siquismo, lo que deja traslucir en todos ellos, signos característicos que nos llevan a afirmar, sin lugar a dudas, que participan de la naturaleza humana. De la misma manera, las diferencias físicas entre los hombres son variadísimas, no sólo por sus diferentes tipos humanos, sino también por su color, estatura, etc., pero dejan traslucir una conformación humana, perceptible detrás de cualquier diferencia circunstancial y propia de la especie que nos lleva a reconocernos como seres humanos, a pesar de tales diferencias de “grado”.(…)
Si observamos la conversación entre un campesino y un hombre de ciudad, no solo veremos diferencias en cuanto a los datos, en la información que cada uno maneja, sino en la manera de articular estos datos. Ahí vemos la Forma Mental, aunque ambos tengan igual percepción. Esto, que también se observa en las diferentes formas de mentar de las distintas generaciones, resulta más evidente comparando especies.
La forma mental se observa no como representación, sino como todo acto de conciencia que tiende a ligarse a un objeto. Se observa que si se trata de prescindir de la representación, para atender a actos puros, nuevos objetos aparecen para ligarse a esos actos. Y se organizan representaciones que completan actos, en lo cual se observa el trabajo de la memoria de continuo, ya que la memoria tiende a actualizarse y tiende a cubrir el vacío que se produce en la conciencia.(…)
Todo acto de conciencia que se mueve en el instante presente, siempre va involucrando pretensiones y retenciones. Todo acto de conciencia, aún cuando trabaje futurizando, lo hace siempre actualizando memoria.
Si ustedes se imaginan el mundo del año cinco mil, de todas maneras lo imaginan con datos que tienen grabados y que ustedes combinarán de modo especial. Producirán síntesis que, claro, no se dan en la vida cotidiana de hoy, mundo siglo veinte, pero trabajarán con los datos grabados en la memoria. Esta tendencia de la memoria a surgir, a completar actos, es inevitable. Y no depende de ella misma. (…)
Descubro en definitiva, lo que ya descubrió Brentano: el mecanismo de intencionalidad. Descubro además en la conciencia, el proceso mediante el cual la memoria tiende a manifestarse cubriendo cualquier acto de conciencia.
Tengo el micrófono, cierro los ojos, tengo la representación del micrófono; observo ahora no ya la imagen interna del micrófono sino el acto que se refiere a la representación. Ese acto se ha convertido ahora en un objeto de conciencia. ¡Fíjense qué gracioso! Resulta ahora que el objeto no es el micrófono representado sino que ahora el objeto es lo que antes era el acto. ¿Y por qué digo que esto es ahora un objeto? Digo que es un objeto porque hay un nuevo acto de conciencia que se refiere a él. Todo acto que se refiere a algo, se refiere a un objeto. De manera que ahora no tengo ni siquiera la imagen del micrófono, ahora tengo el acto de representación del micrófono el cual estoy estudiando.
* Extracto
Apuntes de Psicología.II Silo. Ed. Ulrica.
1) El desarrollo biológico de la especie en su camino evolutivo.
2) A la particular situación histórica y cultural de las que participa cada ser humano.
Es como si esta estructura básica del siquismo tuviera diferentes capas, unas profundas e idénticas para toda la especie y otras más periféricas, características de cada individuo, de cada grupo o pueblo, es decir lo que conocemos como “creencias” o capas más periféricas de la forma mental.
Así el paso del Cromagnon al Homo Sapiens, marca el cambio de la forma mental y una nueva manera de estructurar el mundo y los fenómenos de la conciencia. Cambia la estructura básica del siquismo. Mientras que las diferencias que pudieran apreciarse entre un chino, un esquimal o un occidental, marcan solamente cambios en el sistema de creencias o capas más periféricas de la forma mental, subsistiendo en ellos una misma organización del siquismo, lo que deja traslucir en todos ellos, signos característicos que nos llevan a afirmar, sin lugar a dudas, que participan de la naturaleza humana. De la misma manera, las diferencias físicas entre los hombres son variadísimas, no sólo por sus diferentes tipos humanos, sino también por su color, estatura, etc., pero dejan traslucir una conformación humana, perceptible detrás de cualquier diferencia circunstancial y propia de la especie que nos lleva a reconocernos como seres humanos, a pesar de tales diferencias de “grado”.(…)
Si observamos la conversación entre un campesino y un hombre de ciudad, no solo veremos diferencias en cuanto a los datos, en la información que cada uno maneja, sino en la manera de articular estos datos. Ahí vemos la Forma Mental, aunque ambos tengan igual percepción. Esto, que también se observa en las diferentes formas de mentar de las distintas generaciones, resulta más evidente comparando especies.
La forma mental se observa no como representación, sino como todo acto de conciencia que tiende a ligarse a un objeto. Se observa que si se trata de prescindir de la representación, para atender a actos puros, nuevos objetos aparecen para ligarse a esos actos. Y se organizan representaciones que completan actos, en lo cual se observa el trabajo de la memoria de continuo, ya que la memoria tiende a actualizarse y tiende a cubrir el vacío que se produce en la conciencia.(…)
Todo acto de conciencia que se mueve en el instante presente, siempre va involucrando pretensiones y retenciones. Todo acto de conciencia, aún cuando trabaje futurizando, lo hace siempre actualizando memoria.
Si ustedes se imaginan el mundo del año cinco mil, de todas maneras lo imaginan con datos que tienen grabados y que ustedes combinarán de modo especial. Producirán síntesis que, claro, no se dan en la vida cotidiana de hoy, mundo siglo veinte, pero trabajarán con los datos grabados en la memoria. Esta tendencia de la memoria a surgir, a completar actos, es inevitable. Y no depende de ella misma. (…)
Descubro en definitiva, lo que ya descubrió Brentano: el mecanismo de intencionalidad. Descubro además en la conciencia, el proceso mediante el cual la memoria tiende a manifestarse cubriendo cualquier acto de conciencia.
Tengo el micrófono, cierro los ojos, tengo la representación del micrófono; observo ahora no ya la imagen interna del micrófono sino el acto que se refiere a la representación. Ese acto se ha convertido ahora en un objeto de conciencia. ¡Fíjense qué gracioso! Resulta ahora que el objeto no es el micrófono representado sino que ahora el objeto es lo que antes era el acto. ¿Y por qué digo que esto es ahora un objeto? Digo que es un objeto porque hay un nuevo acto de conciencia que se refiere a él. Todo acto que se refiere a algo, se refiere a un objeto. De manera que ahora no tengo ni siquiera la imagen del micrófono, ahora tengo el acto de representación del micrófono el cual estoy estudiando.
* Extracto
Apuntes de Psicología.II Silo. Ed. Ulrica.
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