Un rubro muy parejo con dos titanes de la actuación. Dos actores siempre vigentes, siempre coherentes, siempre creíbles, siempre sólidos.
De un lado, el actor-argentino por excelencia, Ricardo Darín.
¿Conocen a alguien que diga: "no me gusta Darín"? Es imposible encontrar a una sola persona que no sienta simpatía y respeto por este gran artista. Desde hace unos cuantos años, no ha dejado de sorprendernos con sus elecciones actorales y su talento. Hagamos un breve repaso de sus proezas: "El mismo amor la misma lluvia", "Nueve reinas", "La fuga", "El hijo de la novia", "Luna de Avellaneda". Y también otras películas menos taquilleras pero igual de sólidas como "Kamtchatka" y "XXY".
El emblema actoral del cine argentino. De lo nuestro, lo mejor.
Y acá tenemos a otro titán, otro emblema del cine contemporáneo, nada más ni mada menos que Sean Penn. En los últimos años, nos ha brindado actuaciones maravillosas en filmes como "Dead man Walking", "Río Místico", "21 gramos", "I am Sam", entre otras.
A principios del 2009, llegó MILK, la interesante película de Gus Van Sant sobre el activista gay Harvey Milk.
Por este film, Penn obtuvo su segundo Oscar, entregado por otro monstruo del cine: Robert De Niro.
Al recibir su tan merecido premio, Sean Penn dijo: "Yo no esperaba esto, pero que quede muy claro, sé lo difícil que es apreciarme y reconocerme con frecuencia, sin embargo, me siento conmovido".
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