martes, 26 de enero de 2010

EL PAÍS BARRABRAVA, según Ricardo Talesnik


Obviamente, el país barrabrava no sólo se manifiesta en el fútbol. La calle es un campo de batalla donde vehículos combaten contra vehículos, contra peatones, peatoncitos, columnas y árboles. Los reactores tripulados por kamikazes denominados motoqueros zigzaguean entre los autos llevándose como trofeos de guerra espejitos retrovisores laterales y dejando el recuerdo de su paso en carrocerías varias. A veces se inmolan estampándose contra la puerta súbitamente abierta de un auto. De los grandotes del barrio, los colectivos, ya está todo dicho. Son los grandes matones de la selva callejera.

Las bicis, arteras y silenciosas, sorprenden al peatón enemigo caminando inocentemente y lo matan del susto aunque no lo atropellen. Como gozan circulando de contramano suelen encontrarse arriba del capot de un auto que se los lleva puestos. La bocina es un instrumento de tortura que se utiliza con saña e indiferencia hacia los derechos humanos auditivos.

La infantería, los guerreros de a pie, heroícos, sin otra armadura y escudo que sus propios cuerpos, sostienen frecuentes enfrentamientos. Se han visto gladiadores caminando por la vereda uno hacia el otro, en direcciones contrarias, fuego contra fuego. Se miran desafiantes, ninguno se desvía un milímetro de su rumbo. El choque es inminente. Por fin, se estrellan y caen abrazados, forcejeando. Puede pasar lo peor, aunque a veces la contienda viril deriva en un beso y el nacimiento de una bonita relación. (Idea para una peli: “SECRETOS EN LA PEATONAL”).

Si un pacífico peatón de contextura física normal advierte en su camino a un grupo de vecinos o amigos que sostienen una charla circunstancial sin inmutarse por dejar un espacio de circulación, tiene tres alternativas: bajar a la calzada para continuar su itinerario, pedir permiso sin garantías de que le sea concedido o arriesgarse a una batalla en inferioridad númerica.

Este párrafo es un homenaje a los peatones barrabravas pasivos de cualquier sexo que esperan la luz blanca del hombrecito para cruzar pero ubicados a dos metros del cordón de la vereda, sobre la calzada, ofreciéndose como mártires de la estúpida ansiedad e inconsciencia que los expone a ser atropellados por los autos que atraviesan la bocacalle autorizados por la luz verde correspondiente.

No nos olvidemos de los barrabravas que custodian ingresos y se ocupan de los egresos en las discotecas donde controlan las conductas de potenciales clientes barrabravas estimulados por las drogas, el alcohol y los hervores sexuales.

Cortes barrabravas de calles y rutas, compra barrabrava de votos y adhesiones, cajoneo o aceleración barrabrava de causas judiciales, grosera exhibición barrabrava de la impunidad que otorga el poder.

Gobernantes barrabravas que hablan en nombre de todos para imponer criterios, decisiones e intereses sectoriales y disponen la comunicación de determinadas visiones históricas como verdades irrefutables y absolutas que todos deben compartir.

Tropas legislativas, superpoderes, decretazos, manipulaciones de calendarios electorales y estadísticas, discrecionales o extorsivas distribuciones de fondos, violaciones de contratos, de juramentos, de promesas y palabras dadas. Pautas barrabravas para las conferencias de prensa y diálogos políticos con el poder. Ayer privatizaciones, hoy estatizaciones, siempre negociones, monopolios malos y monopolios buenos, corrupción buena y corrupción mala, espionajes, intimidaciones, venganzas, aprietes .

Finalmente, ciudadanos barrabravas que festejan al que gana no importa de qué manera y descalifican y se ríen del que pierde aunque demuestre capacidad y decencia. Mentalidad que mira la vida, la política y las relaciones entre las personas con mirada barrabrava. Boca o River, blanco o negro, Kirchner o Clarín, campeones o muerte. ¿Estamo? Así estamos.


Ricardo Talesnik
http://www.ricardotalesnik.com.ar/

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