John Carpenter es un cineasta de culto que tuvo su etapa de mayor inspiración entre fines de los ´7o y mediados de los ´80. Si hacemos un repaso de los films que realizó en esa época, no podemos dejar de sorprendernos por la cantidad (y calidad) de los títulos, partiendo con "Asalto al Precinto 13" (1976) y siguiendo con "Halloween" (1978), "La Niebla" (1979), "Escape de Nueva York" (1981), "La cosa" y "Christine" (ambas de 1983), "Starman" (1984), y "Big trouble in Little China" (1985).
Lamentablemente, en los años siguientes no realizó películas que estuvieran al nivel de las primeras (incluso algunas fueron muy flojas, como "Diario del hombre invisible" y "El pueblo de los malditos"). Sólo podemos rescatar algunas pocas (como "Vampiros", de 1998).
Seguramente, "Christine" es una de las películas menos conocidas (y reconocidas) de Carpenter. Está basada en una novela de Stephen King y cuenta la historia de un auto endemoniado. El argumento, de por sí, es bastante surrealista (o infantil).
El propio Carpenter estaba muy preocupado durante el rodaje y en una entrevista dijo: "Invertí mucho tiempo en ese maldito coche. No había manera de conseguir que diera miedo, ese modelo de coche no parecía el adecuado para una película de terror. No era lo suficientemente terrorífico."
El auto en cuestión es un Plymouth Fury modelo 1958, color rojo. Se trata de una pieza de colección porque se fabricaron muy pocas unidades (vale la pena aclarar que durante el rodaje se destruyeron 15 de estos autos, lo cual desató la furia de los coleccionistas).
La cuestión es que, partiendo de una premisa un poco rídicula, Carpenter logró realizar una de las mejores películas de terror de la historia del cine. No es un típico producto comercial. Acá se nota la mano de un artesano del cine, un verdadero autor. Las escenas en la que Christine recorre las carretas envuelta en llamas es un momento muy potente.
El argumento nos presenta a un adolescente tímido, un clásico perdedor que recibe los golpes de los chicos rudos de la escuela. Un día, se siente fascinado con un auto antiguo muy deteriorado. El dueño del vehículo (un anciano misterioso y excéntrico) le dice que el auto se llama Christine.
El joven no lo duda y decide comprarlo para refaccionarlo. A partir de ahí, nace una relación muy particular entre el joven y su preciado vehículo. Empieza a tener más seguridad en sí mismo, logra seducir a la chica más linda, se enfrenta a sus padres... y luego empiezan a desencadenarse una serie de hechos violentos que no especificaré.
Sería muy engañoso decir que "Christine" se basa, solamente, en un auto diabólico que cobra vida propia y sale a matar gente. Es mucho más que eso. Muchos fans interpretan este film como una metáfora de las inseguridades de la adolescencia masculina y la búsqueda de la virilidad... Y algo de razón tienen.
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