domingo, 10 de mayo de 2009

ENTRE LOS MUROS, Sólo en cines


ENTRE LOS MUROS
Por Diego Battle

Esta apuesta por diluir y en los posible desintegrar los límites entre lo documental y lo ficcional alcanza un éxito rotundo.
En efecto, Entre los muros es una película de una fluidez, una gracia, una sinceridad, una naturalidad y una credibilidad infrecuentes a la hora de retratar la vida adolescente. Y lo logra, además, sin caer jamás en lugares comunes, en golpes de efecto, en subrayados ni en la denuncia oportunista tan habituales en este subgénero escolar, incluso cuando aquí está presente todo el tiempo la tensión interracial (hay varios jóvenes de origen africano).

La película elude por completo los grandes discursos, pero también la mirada tranquilizadora, y se arriesga con cuestiones difíciles de describir sin excesos como la violencia latente del medio; el desinterés, la falta de estímulos positivos y los problemas de autoestima en varios adolescentes; las constantes provocaciones y faltas de respeto que sufren muchas veces los maestros; los exabruptos de los propios profesores en sus reacciones; y los dilemas de las autoridades a la hora de sancionar las faltas con actitudes demasiado represivas. La profundidad e inteligencia con que Cantet aborda las contradicciones y miserias del sistema educativo no implican que Entre los muros sea un film aburrido ni didáctico. La película tiene mucho humor, excelentes diálogos, situaciones punzantes, y observaciones de gran sutileza, riqueza y matices. Una verdadera clase maestra.

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