sábado, 2 de agosto de 2008

LLAMADAS DE VIERNES A LA MADRUGADA


Bueno, la cuestión es que ella me llamó y me dijo:

No estoy inspirada para hablar. Estoy en un receso que dura una semana, quizás dure unas semanas más. Me intriga saber qué tenés para decirme. Yo tengo muchas cosas para decirte, a vos, a todos, pero no puedo comunicarme con nadie. Estoy intolerante, ¿entendés? Tengo una permanente molestia. Estoy débil y no lo puedo creer… no lo quiero creer. ¿Quién te pensás que sos? Vas y venís todo el tiempo. ¿Cómo se supone que tengo que sentirme? ¿Cómo te sentís? Lo único que te importa es cómo te sentís sobre mí, pero no te importa cómo me siento yo… Yo sí sé cómo me siento. No sé qué es. Sos muy cool y sos más diferente que yo, más diferente que los demás. No sé nada. No creo que me molestes, ni nada. Si me molestaras, te lo haría saber. No ando con vueltas. Ahora no entiendo nada. ¿Vos entendés algo? Yo muchas veces entiendo las cosas pero no las comprendo. No sé, lo mejor seria hablar personalmente. Después arreglamos, ahora no puedo. Chau.

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