martes, 2 de febrero de 2010

EL GUARDIAN ENTRE EL CENTENO, de J. D. Sallinger


-Papá va a matarte. Va a matarte -me dijo.
Pero no la oí. Estaba pensando en otra cosa. En una cosa absurda.
-¿Sabes lo que me gustaría ser? ¿Sabes lo que me gustaría ser de verdad si pudiera elegir?
-¿Qué?
-¿Te acuerdas de esa canción que dice, "Si un cuerpo atrapa a otro cuerpo, cuando van entre el centeno…"? Me gustaría…
-Es "si un cuerpo encuentra a otro cuerpo, cuando van entre el centeno" -dijo Phoebe-. Y es un poema. Un poema de Robert Burns.
-Ya sé que es un poema de Robert Burns. Creí que era, "si un cuerpo atrapa a otro cuerpo, cuando van entre el centeno" -le dije-, pero, verás. Muchas veces me imagino que hay un montón de niños jugando en un campo de centeno. Miles de niños. Y están solos, quiero decir que no hay nadie mayor vigilándolos. Sólo yo. Estoy al borde de un precipicio y mi trabajo consiste en evitar que los niños caigan a él. En cuanto empiezan a correr sin mirar adónde van, yo salgo de donde esté y los agarro. Eso es lo que me gustaría hacer todo el tiempo. Vigilarlos. Yo sería el guardián entre el centeno. Te parecerá una tontería pero es lo único que de verdad me gustaría hacer. Sé que es una locura.
Phoebe se quedó callada mucho tiempo. Luego, cuando al fin habló, sólo dijo:
-Papá va a matarte.

1 comentario:

Fede S dijo...

Piel de gallina.
Gracias por haberme regalado este libro, querido amigo. Es uno de mis favoritos.