martes, 16 de julio de 2013

KILLING LINCOLN



Documental/Ficción producido por los hermanos Scott.

1) El 90 % de las escenas son pura ficción, con actores decentes y una dirección prolija. No se entienden las intervenciones de Tom Hanks en la actualidad, explicando situaciones o aportando datos que se sobreentienden dentro de la ficción.

2) Una vez más, se cruzan la Historia Oficial vs. la Historia Posible.
En todas las películas relacionadas con el asesinato de Lincoln, se cargan todas las acusaciones sobre el asesino (John W. Booths). Pareciera que fue el acto de un extremista o, en todo caso, una conspiración integrada por cinco ó seis extremistas.
Hay otros aspectos que, hasta hoy, el cine prefiere no tratar: los intereses de la banca internacional (sobre todo de la familia Rothschild) en este crimen. Tengamos en cuenta que Lincoln quería un banco público para EEUU y promovió el proyecto Greenbacks. Con su muerte, todo eso se vino abajo y sus sucesores se encargaron de hacer lo contrario: establecieron las bases para la creación de un banco central (Reserva Federal) controlado por empresas privadas que concentran el poder económico del país.
Es interesante tener en cuenta que hubo sólo dos presidentes en la historia de EEUU que se opusieron a la banca, a la Reserva Federal, y pretendían crear un banco público. El primero fue Lincoln, el segundo fue Kennedy. Ya sabemos cómo terminaron sus mandatos.
En el caso de Kennedy, se intentó culpar del asesinato a Oswald para disimular una conspiración aún mayor. El problema es que las declaraciones de los testigos que presenciaron el crimen no coincidían entre sí y finalmente, la filmación Zapruder permitió descubrir el engaño.
En el caso de Lincoln, tambien se intentó cargar todala responsabilidad sobre un sólo asesino. Pero tengamos en cuenta que Lincoln fue asesinado en un lugar público, frente a 1.500 personas, y (llamativamente) las declaraciones de los testigos no coindicen. No han podido encontrar dos testimonios iguales.

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