"Todos contra Juan" es una comedia paródica y autorreferencial centrada en Juan Perugia (Pauls), un loser absoluto desde el que se dispara un juego (muy) divertido de coincidencias entre realidad, ficción y autobiografía, de los que se burla sin piedad.
Perugia es un actor que supo ser famoso gracias a una exitosa tira juvenil adolescente (sí, como Montaña rusa), y el único del elenco original que “desapareció” de la luz pública, aunque él no se da por enterado. El primer capítulo lo encuentra quince años después, con menos pelo y excitado por la filmación de un documental (de Chiche Gelblung) sobre "La vida es un juego", tal el nombre de la telenovela que transformó su rostro en uno de esos que la gente no sabe precisar bien, si lo ve por la calle, a qué rubro de fama adjudicar.
Sus viejos compañeros siguen gozando de fama y trabajo. Y no guardan buenos recuerdos de Perugia: Julieta Díaz (“Tenía problemas con todo”), Esteban Prol (“Era muy difícil trabajar con él”), Cecilia Dopazo (“¿No se habrá muerto?”).
Juan guarda una memoria distinta: “Yo era el centro del grupo, el carismático”.
Lo cierto es que el tipo quedó, digamos, fijado a su personaje. Y se resiste a caer.
Hay más personajes y más cameos de famosos “de verdad” en esta farsa sobre los actores y su hoguera de las vanidades que se inscribe en la mejor tradición de los unitarios más inspirados (y escasos) de la televisión argentina.
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