Supe que la felicidad generalmente no se parece a lo que concebimos en nuestro soñar despierto, ¿no? A veces he pensado en buscar objetos de felicidad que no cesaran en el momento de la posesión.
Las mujeres suelen cesar, pero también suelen seguir un poco más, de manera que las aprobaba.
Y, sobre este tema, llegué a la conclusión de que hay dos comunidades parejas en el mundo.
Una es la de los que buscan felicidades que cesan con la posesión, que son las personas que trabajan en empresas y producen cosas que consumimos los otros.
La otra comunidad, en cambio, es la de las personas como yo, que tratamos de buscar felicidades que van más allá de la posesión. Y, de esto, te doy un ejemplo: la poesía.
Si uno sabe un poema, va toda la vida con él. Por eso, puede ser que aquellos (los del primer grupo) al final de su vida se desilusionen. Y nosotros, en cambio, podemos seguir un poco más sin desilusionarnos tanto, ¿no?
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