La noticia recorrió todos los canales de tv, los diarios, las radios. Falleció uno de los más grandes actores del cine argentino, Ulises Dumont, a los 71 años.
Si uno se autodefine como cinéfilo, bueno, el aporte de Dumont al cine nacional no puede pasar desapercibido. Desde hace más de treinta años, Dumont fue uno de los actores más prolíficos. Eso queda demostrado en el hecho de que ahora hay ocho películas con él en etapa de postproducción. Siguió trabajando incansablemente hasta el final.
La carrera de Dumont es bastante despareja. Él está siempre bien, pero las numerosas películas que hizo se pueden dividir en muy buenas, regular, malas y malísimas. En los últimos años hizo muchas películas que es mejor olvidar. Dumont se hacía cargo de esto en las entrevistas, y bromeaba con el tema. Supongo que debe ser difícil ser un actor prolífico en Argentina: hay muy pocos proyectos interesantes para elegir.
Mis recuerdos de Dumont son unos cuantos, y me cuesta ordenarlos cronlógicamente.
Lo primero que me viene a la mente son sus participaciones con Adolfo Aristarain entre fines de los `70 y principios de los `80 (La parte del león, Tiempo de revancha, Últimos días de la víctima).
La dupla actoral formada por Dumont y Federico Luppi es sensacional. Todavía tengo que ver "Rosarisaginos", el último film que hicieron juntos, con producción de José M. Suarez.
Me gustó mucho su personaje en "No habrá más penas ni olvidos", sobre todo porque me parece un personaje bastante particular para el cine argentino, parece salido de un film de Kusturica.
Está muy bien "El censor", sobre la vida del censor Miguel P. Tato. Ahí me gustó Dumont, porque la película es bastante floja. Y en "El mismo amor, la misma lluvia", de Campanella. Y muchas otras.
Nunca pude verlo en teatro, una lástima.
Un gran actor y, según cuentan sus allegados, una gran persona.
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