domingo, 12 de septiembre de 2010

THE LAST PICTURE SHOW


http://www.canaltcm.com
Parece que le saca un poco de sus casillas a Peter Bogdanovich el que le recuerden que es un caso típico de crítico de cine metido a director, como lo fueron en su día los jóvenes franceses de Cahiers du Cinéma como Truffaut, Godard y Chabrol. Él prefiere que se le recuerde como un estudiante de interpretación que eventualmente escribía, que siempre había soñado con dirigir cine y que mantuvo en su juventud excelentes relaciones de amistad con directores como Orson Welles, a quien realizó una de las mejores entrevistas que se le hayan hecho al genio.

Cuando decidió llevar al cine “La última película”, Bogdanovich había decepcionado profundamente con su bautismo cinematográfico, “Voyage to the Planet of Prehistoric Women”, y también impresionado favorablemente con “Targets”, todo un homenaje al cine de género. Tenía entre manos un buen material para empezar, la novela homónima de Larry McMurtry, quien también intervino en la elaboración del guión.

“La última película” está ambientada en un pequeño pueblo tejano en los años que median entre el final de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Corea, tiempos de desconcierto en los que un grupo de jóvenes lucha por salir adelante, por descubrirse como personas en el marco de un entorno poco favorable, hostil, opresivo y asfixiante. A muchos de ellos les falta todavía por descubrir el sexo, entre otras cosas, así como lidiar con una sociedad tremendamente conservadora en la que todo está dominado por lo masculino. En el reparto, muchas de las jóvenes promesas del cine independiente USA de aquel tiempo, hoy sobradamente conocidos: Cybill Shepherd, Timothy Bottoms, Ellen Burstyn y, destacando sobre todos ellos, Jeff Bridges, para quien “La última película” fue el factor que disparó definitivamente su carrera como actor.

Peter Bogdanovich decidió rodar esta película en blanco y negro como el más eficaz recurso para subrayar la a menudo personalidad sombría de la novela. Es un blanco y negro dirigido por Robert Surtees, responsable entre otras de la fotografía de títulos como “Quo Vadis”, “The Bad and the Beautiful”, “Mogambo” y “Verano del 42”.

Bogdanovich huye del artificio y persigue una mirada naturalista mediante recursos como la banda sonora (toda la música de la película surge de dentro de la misma, de objetos integrados en ella y no hay músicas incidentales) y no consintió que nadie, aparte de él, se encerrara en la sala de montaje, fase de la que se sintió responsable hasta que la productora practicó dolorosos cortes, felizmente recuperados en este “montaje del director” de “La última película”.

El título, “La última película”, alude al último pase cinematográfico en la sala de cine de Anarene, la imaginaria localidad tejana en la que transcurre la acción. Por cierto, que la última película no era otra que “Río Rojo”, elección con la que Peter Bogdanovich deja meridianamente clara su condición de admirador de Howard Hawks.

No hay comentarios: