lunes, 10 de mayo de 2010

DORIS DORRIE


http://www.cinemateca.org.uy
Doris Dörrie es una rara avis: una alemana con sentido del humor, o más exactamente dotada de un humor que puede ser apreciado por quienes no son alemanes.
Es también una autora cinematográfica personal, con un punto de vista propio y además muy femenino sobre la gente y el mundo en q
ue vive. Nacida en Hannover en 1955, Dorrie estudió teatro, actuación y cine en la University of the Pacific, Stockton, y la New School for Social Research, Nueva York. Luego concurrió a la Academia de Cine y Televisión de Munich, y realizó varios documentales y films para niños producidos por la televisión bávara y la cadena ZDF entre 1978 y 1981.
En 1983 debutó en el largo con Directo al corazón (Mitten ins Herz), y desde entonces continuó en el cine con films como En el interior de la ballena (Im Innern des Wals, 1984), Hombres... (Manner..., 1985), Paraíso (Paradies, 1986), Yo y él (Ich und er, 1988), Dinero (Geld, 1989), Nadie me quiere (Keiner liebt mich, 1995), ¿Soy linda? (Bin ich schön, 1998) o Sabiduría garantizada (Erleuchtung Garantiert, 1999), algunos de los cuales integran la presente retrospectiva. Más cerca ha hecho Nackt (2002), El pescador y su mujer (2005) y Die friseuse (2010), entre otras.


El dato de que la obra de largometraje de Dörrie se haya iniciado en los años ochenta puede no ser superfluo. De alguna manera, la cineasta pertenece a una “segunda generación” de cineastas alemanas, que marcó distancias con respecto a las posturas y actitudes de las mujeres realizadoras de la década anterior, que en Alemania fueron particularmente activas y que pudieron llamarse Margarethe von Trotta, Helke Sander, Jutta Bruckner o Helga Sanders-Brahms. Dörrie parece haberse sentido mucho menos obligada que esas colegas militantes hacia la confección de un cine feminista combativo, que denunciara la situación de la mujer en una sociedad “patriarcal y machista”. La polémica y la denuncia le interesan a Dörrie menos que narrar historias, aunque ciertamente su punto de vista suele ser muy femenino y a menudo muy agudo: hay que ver cómo quedan los hombres, esos sinvergüenzas, en la inteligente sátira de Hombres, y hasta algunas de las reflexiones que suscitan en Yo y él las conversaciones del protagonista con un pene parlante (es una lástima que sea un film fallido, porque la idea era brillante).
La propia directora reconoce ser “una alemana atípica”. Según ella, sus compatriotas la consideran “una cosa desagradablemente comercial. Soy la directora más taquillera de Alemania. Nadie me quiere fue muy exitosa. Y me consideran demasiado americana en algún sentido. Demasiado divertida. No les gusta divertirse mucho.” Sus comentarios sobre los hombres tampoco tienen desperdicio: “Son seres humanos, creo. Pero lo que encuentro interesante, y es la razón por la que escribo tantas historias sobre hombres y mujeres, es que tras el cambio de siglo nos encontramos en una situación completamente nueva. La independencia económica de las mujeres ha hecho que la economía no sea una razón para estar en pareja. No hay otra razón para estar juntos que no sea el amor. El hecho de controlar cómo y cuando tener hijos, sumado a la situación económica, es un gran cambio. Lo único que nos hace formar parejas es una emoción que llamamos amor.
De eso y otras cosas tratan los films de Dörrie, de los que este breve ciclo constituye un muestrario bastante representativo.


No hay comentarios: