Un arbitrario resumen de textos propios y ajenos sobre el inminente final de la serie televisiva más importante de nuestra generación:
Estamos a pocas horas de vivir uno de los momentos más importantes de la TV contemporánea.
Pocas veces (quizás nunca) sucedió con un programa de televisión lo que ahora mismo está pasando con LOST, la serie que (tras seis intensas temporadas) se está despidiendo de la pantalla chica con un capítulo doble de dos horas y media.
No recuerdo una serie que lograra despertar de forma tan generalizada la creatividad y la imaginación de tantas personas al mismo tiempo.
Empezó como un relato original sobre los sobrevivientes de un accidente aéreo que tienen que arreglárselas en una isla aparentemente desierta; y después se ramificó de manera inaudita, instalando a nivel masivo recursos narrativos de extrema sofisticación. Por esa vía, llegamos a los viajes en el tiempo, los complots planetarios, las apariciones de muertos, incluso los orígenes del bien y el mal. Y un sinnúmero de interrogantes: ¿existe un mundo paralelo o es una mera ilusión? ¿Qué es la verdad? ¿Qué es una isla? ¿Dónde estamos? ¿Qué es el destino?
En resumen, esta serie se ha convertido en una mezcla de ciencia ficción, romance, religión, mitología, narración experimental y ensayo filosófico.
A propósito, se han publicado dos libros sobre Lost.
Uno de ellos ("Lost, la filosofía") fue escrito por el autor italiano Simone Regazzoni, quien dice que Lost "no es un mundo fantástico e inverosímil, sino la perfecta alegoría del mundo en que vivimos".
El otro libro es "La filosofía de Lost", escrito por Sharon Kaye, profesora de la Universidad de Cleveland que se encargó de diseñar un compilado de ensayos filosóficos sobre los temas morales, políticos y religiosos que plantea serie.
Según Kaye: "Los sobrevivientes se organizan para protegerse de peligros surrealistas pero insertos en un estado de naturaleza. Nuestros héroes descubren que estaban perdidos desde mucho antes de que cayera el avión".
Kaye también analiza los temas sociales y políticos planteados en Lost: la isla es un microcosmos de la dinámica del poder, "los Otros simbolizan y enfatizan los prejuicios en nuestra sociedad. Todos tenemos nuestros propios Otros".
Lost se acaba, pero no se muere. Hoy LOST se vuelve inmortal.
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