viernes, 7 de mayo de 2010

STAR TREK


El mundo se divide en dos clases de personas: los fans de "Star Wars" y los fans de "Star Trek". Es muy difícil que te gusten las dos sagas por igual, siempre vas a inclinarte por un lado o por el otro.
Personalmente, siempre estuve inclinado por el lado de "Star Wars". Me acompañaron durante toda la infancia, la adolescencia y siguen acompañándome hasta estos días. Con "Star Trek" tuve una relación más distante. Vi un par de películas y algunos capítulos de la serie televisiva de esta saga cuando era chico y no llegué a engancharme, y cuando algo no te gusta de entrada es complicado entusiasmarse con el paso de los años.
En líneas generales, arbitrariamente, podríamos decir que la saga de "Star Wars" comprende historias de aventuras clásicas, con el bueno, el villano y un sinfín de alegorísa aptas para todo público. "Star Trek", en cambio, se propone ser más intelectual, más científica.
Bueno, la cuestión es que el año pasado se estrenó un nuevo film de "Star Trek" y no tuve muchas ganas de ir a verlo. La noticia de que J. J. Abrams (el creador de Lost) sería el director de esta entrega era muy estimulante, claro, pero no llegué a enganchar y pasaron unos cuantos meses hasta que decidí darle una oportunidad.
¿Conclusión? Me arreptiento de no haber ido a verla al cine. Esta película es una verdadera explosión visual cinematográfica, con una historia potente, escenas sensacionales, personajes muy bien delineados, relaciones fuertes y todo lo demás. No es el típico tanque pochoclero, nada de eso, aquí estamos ante el claro ejemplo (no sucede muy seguido pero a veces pasa) de la superproducción que no subestima al espectador con efectos visuales innecesarios. Estamos ante una película realizada por un cineasta serio, original y creativo (Abrams, obviamente, quien ha sido catalogado por algunos críticos como el heredero de Spielberg, y no exageran).
Esta nueva versión se propone empezar desde cero (fiel al estilo impuesto por Batman Begins). De esta forma, descubrimos cómo los jóvenes tripulantes del recién inaugurado Enterprise comienzan a asumir sus nuevos roles en la nave, enfrentándose a múltiples retos, tanto internos como externos, representados por el temible villano (un irreconocible Eric Bana).
Detalle a destacar: Hay un momento muy estilo Lost en este film cuando Kirk queda atrapado en una cueva y se reencuentra con un anciano Spok. Este recurso de mostrarnos una aparición inesperada, registrar las caras de sorpresa de los actores y dar un giro en la historia es uno de los atributos más especiales de la serie.
Volvamos a Star Trek. Leyendo blogdecine.com, nos enteramos que: Abrams se declara el individuo ideal para el trabajo cuando se le recuerda, maliciosamente, que dijo que nunca fue fan de la serie televisiva ni las películas de ‘Star Trek’. Precisamente, señala él, por esa razón le fue más fácil enfrentarse al reto de renovar la franquicia, de desmontar la creación de Roddenberry y componer algo nuevo, una película que, sin ser irrespetuosa, resultase atractiva para todos los públicos, fans y no fans. En efecto, la película contiene detalles y guiños para los trekkies, pero son eso, pequeños gestos para los fans, puestos ahí sin que interfieran en la trama, sin que tengan una importancia tal que sólo los que sepan detectarlos y descifrarlos, entiendan la película.
¿Qué más se puede decir? Larga vida a J. J. Abrams
Y que la fuerza lo acompañe.... (soy un fan de Star Wars, no puedo evitarlo)

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