Bueno, la cosa es así: El tarifazo en el transporte no derivará en una reducción de los subsidios a las empresas del sector, algo que había sido prometido por el Gobierno al anunciar los aumentos en colectivos urbanos, subtes y trenes.
Apenas un día después de que el ministro de Planificación, Julio De Vido, firmara los incrementos tarifarios de hasta el 30 por ciento, se distribuyó la pauta anual de compensación estatal para las firmas concesionarias. En ella se contempla un aumento del 13 % sobre el monto que se ejecutó en 2008. Son 6.700 millones de pesos en total, la cifra récord en subsidios de toda la era K. Ahora, curiosamente, la Casa Rosada dice que no pretendía “reducir” las compensaciones, sino “congelarlas”.
El multidenunciado secretario de Transporte, Ricardo Jaime, defendió la semana pasada los aumentos tarifarios: “No ha habido otro Gobierno que hiciera tanto esfuerzo fiscal como éste y el anterior.” Y explicó que las subas apuntaban a reducir en 800 millones de pesos los subsidios con la finalidad de mejorar el frente fiscal para este año. Pero lejos de ahorrar esos 800 millones, el Ejecutivo prevé distribuir más de 770 millones de pesos adicionales entre las concesionarias, a pesar del profundo deterioro que se observa en los servicios y el atraso en los planes de inversión que las empresas deberían afrontar.
El multidenunciado secretario de Transporte, Ricardo Jaime, defendió la semana pasada los aumentos tarifarios: “No ha habido otro Gobierno que hiciera tanto esfuerzo fiscal como éste y el anterior.” Y explicó que las subas apuntaban a reducir en 800 millones de pesos los subsidios con la finalidad de mejorar el frente fiscal para este año. Pero lejos de ahorrar esos 800 millones, el Ejecutivo prevé distribuir más de 770 millones de pesos adicionales entre las concesionarias, a pesar del profundo deterioro que se observa en los servicios y el atraso en los planes de inversión que las empresas deberían afrontar.
¿Entonces? Entonces nada, ¿qué vas a hacer? Es así, hay que resignarse. ¿Pero cómo es posible resignarse cuando es evidente que se están burlando de nosotros? Nos están metiendo la mano en los bolsillos, nos aumentan las tarifas y los servicios son cada vez peores. Bueno, quejándote no arreglás nada. ¿Qué vas a hacer? ¿Vas a prender fuego todo? ¿Quién te va a escuchar? Hay unos pocos que se benefician. Y hay miles y miles de personas que se sienten estafadas, burladas, engañadas... y resignadas. ¿Cómo vas a luchar? ¿Con qué vas a luchar? Será conveniente (y saludable) que mires a un costado y hagas de cuenta que acá no ha pasado nada, porque si no lo único que vas a conseguir es angustiarte. Prendé la televisión un rato, conectate a Internet, mandá unos cuantos mensajes de texto y andate a dormir haciendo de cuenta que esto es así porque así tiene que ser, no va a cambiar, no va a mejorar. Se burlan de nosotros, bueno, ¿qué se le va a hacer? Hay gente que está peor. Hay que gente que no puede trabajar, que no puede estudiar, que no puede comer, y vos armás un escándalo porque te aumentaron 30 centavos el boleto del tren. Va a sonar reiterativo pero vale la pena repetir la pregunta: ¿qué vas a hacer? ¿Vas a mandar una cadena de mails alertando sobre la situación? ¿Con qué propósito? Es una cuestión de ego personal, que todos sepan que sos un tipo comprometido y que estás informado. Eso está bien, vas a convivir mejor con tu conciencia. Me levanto y digo en voz alta: "está todo mal y puede estar mejor, somos lo que creemos y podemos más de lo que imaginamos". Y todos dicen: "muy bueno el mail, estoy de acuerdo, gracias". Y después nos acostamos a descansar en nuestra indiferencia, en nuestra asumida resignación, en nuestra constante miseria personal.
1 comentario:
Así se escribe. Los servicios no mejoran, tardan mucho y escasean las monedas.
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