viernes, 23 de enero de 2009

OBAMA


Barack Obama está en todos lados, era cuestión de tiempo para que tambien llegara a este blog.
Bueno, todo bien. Me cae bien Obama. Parece un buen muchacho y no pongo en duda sus buenas intenciones.
Me genera (debo admitir) cierta desconfianza el aura mesiánica que se ha generado en torno a él. Parece ser que es el salvador que ha venido a rescatarnos. Cuando los medios empiezan a insistir tanto con una idea, es ahí cuando uno empieza a desconfiar.

Pero no quiero ser pesimista. No está en mi naturaleza.

Claro, después de ver "Zeitgeist" no puedo evitar pensar en todos esos magnates de Wall Street, reunidos en una mesa redonda, fumando sus abanos, festejando (ellos tambien) el triunfo de Obama y diciendo: "Ja! Qué bien que la hicimos! Invadimos todos los países que quisimos, nos afanamos los pozos petroleros, deseestabilizamos gobiernos. Usamos la democracia como excusa para abrir nuestros mercados. Y lo mejor de todo: estafamos al pueblo norteamericano. Hicimos la mayor estafa de la historia. Dejamos a la clase media sin ahorros, sin viviendas, sin educación, sin salud. Hace unos meses, el pueblo norteamericano estaba furioso y quería castigar a los culpables. Pero por suerte hicimos las cosas bien. Pusimos un presidente negro en la Casa Blanca. Un presidente buen mozo, con buenas intenciones. Y ahora están todos esperanzados. Ya no piensan en el pasado, solamente en el futuro, y eso nos viene bien. Están esperanzados. Pues bien, demos luz verde al presidente negro para que haga las cosas bien durante un mandato (dos, a lo sumo) para generar confianza. Después, volvemos a poner un Bush para que todo vuelva a la normalidad..."

Hmm... No quiero ser pesimista. No está en mi naturaleza.
Barack Obama está en la Casa Blanca, y eso es una buena noticia.
Ver a miles y miles de personas esperanzadas también es una buena noticia.

Pude leer la carta de Michael Moore. No comparto esa condición mesiánica que le aporta a Obama. Pero estoy de acuerdo con un párrafo que me parece muy significativo: "Obama ya hizo su juramento; tomemos uno todos nosotros para tratar de trabajar más duro y así poner fin a estas guerras, implementar un servicio de salud gratuito y universal, salvar al planeta combatiendo el cambio climático, terminar con la pobreza, mejorar la educación y, además, recuperar nuestro gobierno para que éste sea del y para el pueblo, en lugar de y para los lobbistas, banqueros y vendedores de armas".

Claro, así es como tiene que ser. No depende de Obama. Depende de todos. Tan simple, tan concreto.

Recibí un mail de un tipo que decía: "Lo importante es actuar. Yo hablo de un cambio en la gente, que la gente se junte, se reúna y que no sean todos extraños los que viajan en un colectivo. Que la gente se comunique, que los vecinos se conozcan y charlen y se cuenten lo que está pasando. Que se divulgue todo ésto. Éso es actuar. Y la queja, no es una simple y vacía queja".

Claro, es así. Tan simple y tan concreto.

Hay una reflexión del político inglés Tony Bern que viene muy bien para pensar en estos días: "Creo que la democracia es la cosa más revolucionaria en el mundo, más revolucionaria que las ideas socialistas. Creo que si las personas votasen por una persona que de veras represente sus intereses sería una verdadera revolución democrática. Muchos no quieren que eso suceda, así que mantienen a la gente desamparada y pesimista. Hay dos maneras en que la gente puede ser controlada: atemorizarla o desmoralizarla. Una nación sana, educada y con confianza es más difícil de gobernar. Claro, el 1 % de la población tiene el 80 % de la riqueza mundial. Es increíble que la gente tolere eso, pero son pobres, están desmoralizados, asustados, por ende piensan que lo mejor que pueden hacer es seguir las órdenes y esperar algo mejor."

Es tan simple. O al menos, parece tan simple.

Barack Obama no va a cambiar el mundo. Los Kirchner no van a cambiar la Argentina.
Somos nosotros.

Y todas esas frases cursis. Todas esas ideas tan simplistas y banales. Todo ese tema de que podemos ser mejores, podemos crecer, aprender y hacer que todo sea mejor, todo eso es cierto. Estoy seguro que es cierto. Y si hay miles de personas que se reunieron para vitorear a un presidente electo es porque tambien piensan igual. Piensan que podemos. Piensan que es posible. Y tal vez (tal vez) exista la posibilidad de que podamos hacer algo.

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