lunes, 19 de enero de 2009

W, de Oliver Stone


Se ha estrenado el esperado film de Oliver Stone, “W”, centrado en la figura de George W. Bush. Como siempre, las polémicas no tardaron en llegar. Muchos acusaron a Stone de tener una mirada demasiado piadosa. Bueno, en todo caso podemos decir que Stone no es un director predecible: todos esperaban una cosa y se encontraron con otra. El viejo Oliver, sin duda, sigue sorprendiendo a sus admiradores y a sus detractores.
Me gustó mucho el film. Claro que en lo que podríamos llamar “la trilogía de los presidentes” realizada por Stone (JFK, Nixon y Bush), este film puede parecer el menos ambicioso, el más simple. En el mejor de los casos, podemos decir que es el más intimista.
Apareció en el diario una breve reseña del film: “W” muestra al ex presidente republicano como un ex alcohólico inepto, un cowboy texano sin gracia, talento ni personalidad, aplastado por la mirada de su padre, a la que él desplaza, tras una suerte de epifania, por la de Dios. Un hombre mediocre que termina alcanzando sus sueños megalómanos o místicos y, por obra de Stone, provocando empatía. “W” no interpela tanto a Bush como a quienes lo votaron.

El propio Stone explica que se propuso retratar la parábola de “uno de los peores presidentes de la historia, un tipo divertido que tuvo una juventud desastrosa, enderezó su camino, de pronto sintió que era mejor que cualquier otro y entonces Dios le dijo que sea presidente. Pero después llegó Irak y, con todo su poder, la volvió a cagar. Muchos creen que abandona el poder el 20 de enero, pero sus fantasmas quedarán en lo peor de este sistema”.
¿Qué más se puede agregar sobre el film? La actuación de Josh Broslin es brillante.

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