De las Fábulas Fantásticas, de Ambrose Bierce:
El secreto de la felicidad
Habiéndose enterado por obra de un ángel, que Noreddin Becar era el hombre más feliz del mundo, el Sultán ordenó que lo trajeran a palacio, y le dijo:
- Impárteme, te lo ordeno, el secreto de tu felicidad.
- Oh, padre del sol y de la luna, -respondió Noreddin Becar- , yo no sabía que era feliz.
- Ése, -dijo el Sultán- es el secreto que yo buscaba.
Noreddin Becar se retiró profundamente aflijido, temiendo que su recién descubierta felicidad lo abandonara.
El secreto de la felicidad
Habiéndose enterado por obra de un ángel, que Noreddin Becar era el hombre más feliz del mundo, el Sultán ordenó que lo trajeran a palacio, y le dijo:
- Impárteme, te lo ordeno, el secreto de tu felicidad.
- Oh, padre del sol y de la luna, -respondió Noreddin Becar- , yo no sabía que era feliz.
- Ése, -dijo el Sultán- es el secreto que yo buscaba.
Noreddin Becar se retiró profundamente aflijido, temiendo que su recién descubierta felicidad lo abandonara.
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