http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=518529
La Selección Uruguaya de futbol fue acogida hoy aquí por una multitud que festejó en grande por las calles de esta capital después del homenaje que recibió en el Palacio Legislativo con grupos de personalidades que encabezó el presidente José Mujica, tras la incursión mundialista.
El cuadro dirigido por Oscar Washington Tabárez llegó anoche a Montevideo, después de un largo retraso del vuelo que los trajo desde Sudáfrica y que obligó a postergar las celebraciones que se habían organizado para dar la bienvenida a los “héroes”, quienes avanzaron a semifinales de una justa mundialista después de 40 años.
Las horas de espera no mermaron el ánimo de miles de personas que este martes, desde temprano, formaron una caravana interminable desde el “Complejo Celeste”, sede de la concentración oficial del conjunto nacional, hasta el Congreso.
La capital uruguaya se transformó durante varias horas en una oleada de banderas al paso del autobús que trasladó a los jugadores y al cuerpo técnico encabezado por “El Maestro” Tabárez, a quien ya le ofrecieron permanecer como entrenador.
“Gracias, es más de lo que soñamos”, rezaban miles de pancartas en alusión a las escasas expectativas que se tenían sobre un cuadro nacional que supo ganar la Copa en Uruguay 1930 y en Brasil 1950, pero que desde 1970 no podía pasar de octavos de final y ahora logró el cuarto lugar.
La camiseta más visible entre los fervorosos fanáticos era la de Diego Forlán, el ídolo que no defraudó y que volvió a su país con el título del Balón de Oro, es decir, el mejor jugador del Mundial, bajo el brazo.
Cuando los jugadores llegaron al Palacio Legislativo, la calurosa bienvenida hizo olvidar el frío de cinco grados centígrados que azotó a esta capital y que familias enteras combatieron bailando al ritmo de tradicionales murgas y candombes.
El autobús de la Selección Uruguaya avanzó a paso lento y entre puras sonrisas, con las estrellas firmando autógrafos y sacándose fotos con los hinchas, muchos de los cuales vinieron desde las ciudades del interior hasta Montevideo sólo para sumarse a la celebración.
Ya en el Congreso, Mujica entregó a los 23 jugadores y a todo el cuerpo técnico una réplica del escudo nacional en cobre, bañado en oro con sus apellidos impresos y una leyenda de agradecimiento en nombre del pueblo uruguayo.
Antes, el presidente explicó que los triunfos de La Celeste en el Mundial probaron que la calidad humana se sobrepone a los factores que puede haber en contra.
“Los logros fueron posibles porque hubo un conjunto de gente poco pretenciosa y sin berretines a las que se dejó trabajar contra viento y marea en silencio”, señaló.
El mandatario subrayó que hacía décadas que los uruguayos no disfrutaban a un conjunto “con una dirección tranquila” y que con mucho esfuerzo y espíritu de lucha “fue de menos a más” en el Mundial para transformar “derrotas en victorias”.
Consideró que quizá la lección más grande que deja la participación de este equipo en Sudáfrica 2010 es que ”no debemos sepultarnos en un negativismo crónico, porque la cuestión es volver a empezar en todos los órdenes de la vida”.
La Selección Uruguaya de futbol fue acogida hoy aquí por una multitud que festejó en grande por las calles de esta capital después del homenaje que recibió en el Palacio Legislativo con grupos de personalidades que encabezó el presidente José Mujica, tras la incursión mundialista.
El cuadro dirigido por Oscar Washington Tabárez llegó anoche a Montevideo, después de un largo retraso del vuelo que los trajo desde Sudáfrica y que obligó a postergar las celebraciones que se habían organizado para dar la bienvenida a los “héroes”, quienes avanzaron a semifinales de una justa mundialista después de 40 años.
Las horas de espera no mermaron el ánimo de miles de personas que este martes, desde temprano, formaron una caravana interminable desde el “Complejo Celeste”, sede de la concentración oficial del conjunto nacional, hasta el Congreso.
La capital uruguaya se transformó durante varias horas en una oleada de banderas al paso del autobús que trasladó a los jugadores y al cuerpo técnico encabezado por “El Maestro” Tabárez, a quien ya le ofrecieron permanecer como entrenador.
“Gracias, es más de lo que soñamos”, rezaban miles de pancartas en alusión a las escasas expectativas que se tenían sobre un cuadro nacional que supo ganar la Copa en Uruguay 1930 y en Brasil 1950, pero que desde 1970 no podía pasar de octavos de final y ahora logró el cuarto lugar.
La camiseta más visible entre los fervorosos fanáticos era la de Diego Forlán, el ídolo que no defraudó y que volvió a su país con el título del Balón de Oro, es decir, el mejor jugador del Mundial, bajo el brazo.
Cuando los jugadores llegaron al Palacio Legislativo, la calurosa bienvenida hizo olvidar el frío de cinco grados centígrados que azotó a esta capital y que familias enteras combatieron bailando al ritmo de tradicionales murgas y candombes.
El autobús de la Selección Uruguaya avanzó a paso lento y entre puras sonrisas, con las estrellas firmando autógrafos y sacándose fotos con los hinchas, muchos de los cuales vinieron desde las ciudades del interior hasta Montevideo sólo para sumarse a la celebración.
Ya en el Congreso, Mujica entregó a los 23 jugadores y a todo el cuerpo técnico una réplica del escudo nacional en cobre, bañado en oro con sus apellidos impresos y una leyenda de agradecimiento en nombre del pueblo uruguayo.
Antes, el presidente explicó que los triunfos de La Celeste en el Mundial probaron que la calidad humana se sobrepone a los factores que puede haber en contra.
“Los logros fueron posibles porque hubo un conjunto de gente poco pretenciosa y sin berretines a las que se dejó trabajar contra viento y marea en silencio”, señaló.
El mandatario subrayó que hacía décadas que los uruguayos no disfrutaban a un conjunto “con una dirección tranquila” y que con mucho esfuerzo y espíritu de lucha “fue de menos a más” en el Mundial para transformar “derrotas en victorias”.
Consideró que quizá la lección más grande que deja la participación de este equipo en Sudáfrica 2010 es que ”no debemos sepultarnos en un negativismo crónico, porque la cuestión es volver a empezar en todos los órdenes de la vida”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario