lunes, 19 de julio de 2010

HOMBRES DE MENTE


HOMBRES DE MENTE (cuya verdadera traducción sería "Los hombres que miraban fijamente a las cabras") es una película muy recomendable para los admiradores del cine de los Hermanos Cohen.
La historia es un disparate con buenos momentos de humor y algunos baches argumentales. Tenemos al frustrado periodista interpretado por Ewan McGregor que viaja a Medio Oriente y conoce a un excéntrico personaje (George Clooney) que asegura haber formado parte de una unidad experimental del ejército norteamericano llamada Nuevo Ejército de la Tierra.
Esta misteriosa unidad fue fundada en los ´70 por Bill Django (Jeff Bridges) y se proponía cambiar la forma en que se pelean las guerras utilizando una legión de “monjes guerreros” (al estilo de los caballeros Jedi) con poderes psíquicos inigualables para leer los pensamientos del enemigo, pasar a través de paredes sólidas, e incluso matar a una cabra simplemente al mirarla.
Obviamente, los altos mandos militares miraban con desconfianza las actividades del Nuevo Ejército, sobre todo porque sus miembros se vestían como hippies y consumían drogas...
El Nuevo Ejército fue dado de baja en los ´90 y ahora Django, el fundador del programa, ha desparecido y la misión de Clooney es encontrarlo.


Aunque parezca mentira, esta película tiene el letrero "Basada en hechos reales"... Investigando un poco más en el asunto, descubrimos que el film está basado en un libro del periodista inglés Jon Ronson quien asegura que el ejército de los Estados Unidos resolvió crear en los 70 una división de “supersoldados” con poderes mentales paranormales.
Podríamos decir que la primera parte de la película es muy prometedora pero después empieza a languidecer sin aprovechar el imponente reparto ni la originalidad del argumento.
Seguramente, este film no sería tan interesante si no fuese por el brillante elenco que lograron reunir: a parte de Ewan McGregor y George Clooney (una dupla a tener en cuenta), tenemos a Kevin Spacey y el siempre sensacional Jeff Bridges.
No es una obra maestra pero vale la pena mirarla, aunque sea para pasar un rato agradable.

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