Apenas se vislumbraban los últimos rayos luminosos, cuando se oyó un cañonazo a bordo del aviso Santa Fe, y la bandera de la República Argentina flameó.
En ese mismo instante en la cúspide del faro construido a un tiro de fusil de la bahía de Elgor, en la que el Santa Fe había anclado, brillaba una luz muy viva.
Dos de los fareros, los obreros agrupados en la playa y la tripulación reunida en la proa del barco, recibieron con gran ovación la primera luz en encenderse en esas apartadas costas. Otros dos cañonazos sucedieron al primero, seguidos por los ruidosos ecos de los alrededores.
Luego se bajó la bandera, según el reglamento de los barcos de guerra, y se hizo silencio en aquella Isla de los Estados, ubicada en el punto de encuentor del Atlántico con el Pacífico.
Le phare du bout du monde
Julio Verne
En ese mismo instante en la cúspide del faro construido a un tiro de fusil de la bahía de Elgor, en la que el Santa Fe había anclado, brillaba una luz muy viva.
Dos de los fareros, los obreros agrupados en la playa y la tripulación reunida en la proa del barco, recibieron con gran ovación la primera luz en encenderse en esas apartadas costas. Otros dos cañonazos sucedieron al primero, seguidos por los ruidosos ecos de los alrededores.
Luego se bajó la bandera, según el reglamento de los barcos de guerra, y se hizo silencio en aquella Isla de los Estados, ubicada en el punto de encuentor del Atlántico con el Pacífico.
Le phare du bout du monde
Julio Verne
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