sábado, 22 de agosto de 2009

EL SECRETO DE SUS OJOS, un milagro cinematográfico


Como muchos habrán notado, le estoy dedicando un extenso espacio (textual y fotográfico) a la nueva película de Campanella en mi blog. Sobran los motivos porque, sin exagerar, "El Secreto de sus Ojos" es un milagro cinematográfico.
Una película soberbia, realizada con absoluta humildad (vaya contradicción).
Fui a verla por primera vez ayer a la noche. Digo "por primera vez" porque estoy seguro que no voy a verla una sola vez: seguramente iré a verla, como mínimo, dos veces más.
Tenemos un gran guión, fuerte y preciso. Hay de todo y no sobra nada: un thriller muy duro, una historia de amor, mucho humor y un acercamiento a nuestra historia reciente (más precisamente, los excesos de la Triple A) sin caer en lugares comunes, sin bajar línea, sin perjudicar la fluidez de la historia; Campanella ya nos había demostrado (en "El mismo amor, la misma lluvia") que es posible retratar los oscuros años ´70 y sintonizarlo con la historia sin distraer al espectador. Todo un logro.

Confieso también que fui al cine con muchas expectativas, y todas las expectativas fueron ampliamente superadas.
Sabía que iba a ver una gran película, y eso fue lo que vi.
Sabía que había un inesperado giro narrativo al final, y lo esperaba. Pero aún así me sorprendí, y mucho, con la resolución.
Sabía (porque me lo habían contado) que la escena de la cancha de Racing tenía un despliegue técnico asombroso, inédito en el cine nacional. Y aun así, a pesar de estar precavido y avisado, me sorprendí muchísimo. Otro detalle importante: Campanella puede utilizar técnicas en 3D y armar toda una parafernalia de postproducción sin perjudicar a la historia. Ya esamos cansados de todas esas películas que son explosivamente creativas desde lo visual, pero no te dejan nada cuando salís de la sala.


Campanella es, siempre lo ha sido, un excelente director de actores. Y esta película es el mejor ejemplo.
Ricardo Darín es un actor impresionante. Nunca la pifia, siempre está bien. Siempre logra encontrar el tono justo para sus escenas.
Soledad Villamil está bárbara, convincente. Su actuación en la escena del interrogatorio es notable.
Pablo Rago nos brinda una actuación contundente e intensa, marcando un antes y un después en su carrera actoral.
Y también tenemos a Francella.
Guillermo Francella merece un capítulo aparte. Su actuación (o mejor dicho, su transformación) es asombrosa. Compone un personaje entrañable y aporta a la película una profunda calidez.
Como bien me decía Federico a la salida del cine: Darín y Francella forman una dupla increíble, un dúo a tener en cuenta.
¿Qué más puedo agregar? Podríamos estar horas hablando de las otras grandezas de la película: la envidiable estructura narrativa, el trabajo de fotografía, la música, el montaje, etc. etc. etc.
Al terminar la función, todos aplaudimos. Me quedé pensando en la frase de Aída Bortnik: "Ojalá Campanella estuviera acá".
"El Secreto de sus Ojos" es la gran película del cine argentino. Ya sé que falta mucho, pero tiene que ser candidata al Oscar.
No se la pierdan.

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