Obviamente, John Hughes no va a entrar en la Historia del Cine como uno de los cineastas más emblemáticos de nuestra era. Aun así, este individuo creó algunas películas que perdurarán en nuestras memorias y en nuestros corazones.
"El club de los Cinco" es un buen ejemplo. Se trata de una película generacional, con todo lo que eso implica. Fue filmada en 1985 y se nota; no podrían haberla hecho diez años o diez años después. Es un retrato de los adolescentes de aquel entonces, aunque muchos de sus planteos son más bien universales y abarcan a los jóvenes de todas las épocas. Aquí tenemos a cinco alumnos que han sido castigados y tienen que pasarse toda la tarde del sábado en una sala de la escuela. Los personajes están muy estereotipados: el chico problemático, la princesa del baile, el deportista popular, la chica dark, el nerd tímido y sabelotodo. La convivencia, los enfrentamientos, las dudas e inseguridades, todo ello ha sido reatratado por Hughes con maestría y precisión. Es memorable el monólogo realizado por Emilio Estévez, el chico desportista, sobre la presión que ejercen los padres. Este film es, sin dudas, una joya de los ´80, y merece ser vistao una y otra vez.
También tenemos el caso de "Mejor solo que mal acompañado". Aquí están John Candy y Steve Martin en sus mejores momentos actorales, aprovechando al máximo un guión que fue escrito especialmente para que ellos se lucieran. Una road movie alocada, y sumamente divertida.
Hughes podrá ser menospreciado por ser un director de filmes pasatistas, comedias simplonas, claro. Pero quienes han intentado filmar alguna vez, saben que crear algo entetenido, que atrape al espectador, no es para cualquiera. Y John Hughes, con su simpleza y su aparenta falta de profundidad, nos atrapó más de una vez. No es poca cosa.
"El club de los Cinco" es un buen ejemplo. Se trata de una película generacional, con todo lo que eso implica. Fue filmada en 1985 y se nota; no podrían haberla hecho diez años o diez años después. Es un retrato de los adolescentes de aquel entonces, aunque muchos de sus planteos son más bien universales y abarcan a los jóvenes de todas las épocas. Aquí tenemos a cinco alumnos que han sido castigados y tienen que pasarse toda la tarde del sábado en una sala de la escuela. Los personajes están muy estereotipados: el chico problemático, la princesa del baile, el deportista popular, la chica dark, el nerd tímido y sabelotodo. La convivencia, los enfrentamientos, las dudas e inseguridades, todo ello ha sido reatratado por Hughes con maestría y precisión. Es memorable el monólogo realizado por Emilio Estévez, el chico desportista, sobre la presión que ejercen los padres. Este film es, sin dudas, una joya de los ´80, y merece ser vistao una y otra vez.
También tenemos el caso de "Mejor solo que mal acompañado". Aquí están John Candy y Steve Martin en sus mejores momentos actorales, aprovechando al máximo un guión que fue escrito especialmente para que ellos se lucieran. Una road movie alocada, y sumamente divertida.
Hughes podrá ser menospreciado por ser un director de filmes pasatistas, comedias simplonas, claro. Pero quienes han intentado filmar alguna vez, saben que crear algo entetenido, que atrape al espectador, no es para cualquiera. Y John Hughes, con su simpleza y su aparenta falta de profundidad, nos atrapó más de una vez. No es poca cosa.
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