miércoles, 5 de agosto de 2009

LA ZONA MUERTA (1983)


Según Emilio Mtez-Borso, el cine ha venido demostrando que cualquier adaptación, ya sea literaria, de comic o de videojuego, depende absolutamente de la visión y personalidad de la entidad fílmica que se hace cargo del proyecto, ya que por su propia condición de película, pierde toda la esencia que tuvo anteriormente y no se le puede (ni debe) juzgar como adaptación, sino como largometraje.
De ahí que la mayoría de las películas procedentes de otro medio son casi siempre maltratadas por los supuestamente entendidos (que una vez más vienen a demostrar que no lo son).
Entonces, la película adaptada resultará más cercana a la obra cuanto más cercana resulte el cineasta que la filma al autor que la ha creado.
En este sentido, podemos afirmar que LA ZONA MUERTA es sin duda la mejor adaptación realizada sobre una novela de Stephen King. Y esto se debe a que DAVID CRONENBERG es el más indicado para plasmar el miedo en estado puro y darle entidad a una premisa bastante simple. Quedó claro hace mucho tiempo que Cronenberg (del mismo modo que Lynch) es un personaje que trasciende cualquier etiqueta, pero se caracteriza por contar historias sencillas que transforman con sus detalles y matices en obras de (en ocasiones) demasiada complejidad.
Seguramente, un director común y corriente hubiera despachado este film como si se tratara de un thriller. Por suerte, Cronenberg se animó a ir más allá, y creo una película de superhéroes. Pero aquí se trata de un superhéroe de carne y hueso, de ésos que no vuelan ni trepan, de ésos que no salvan al mundo para quedarse con la chica. En este caso, se trata de un superhéroe más cercano al personaje creado por M. Night Shyalman en "El Protegido". Es decir, un superhéore que debe lidiar con poderes no ha pedido y ni mucho menos desea, lo que lo convierte en una suerte de anti-héroe.


Nos encontramos por una película que asombra por su simple y, a su vez, por su densidad.
Tenemos una magistral actuación de Christopher Walken, encarnando al profesor John Smith, un hombre normal que no entiende los poderes que posee. El terror en su maximo expresión: uno contra uno mismo. ¿Qué puede darnos más miedo que nosotros mismos?
Mediante este estudio del terror, Cronenberg se adentro en el espíritu humano ofreciendo un retrato del miedo al que el mundo intenta regir: la soledad. La película es un canto sobre la soledad y el aislamiento.
La magnífica evolución de John Smith llega a su punto máximo cuando asume su poder y decide cambiar, ayudar, utilizar esa maldición para darse cuenta que se trata de un don, para cambiar los acontecimientos que están por llegar, sabiendo que él seguramente no será comprendido por las generaciones futurs, pero es el precio que debe pagar por la heroicidad, por la soledad, por dejar de sentirse lejano y ajeano al mundo real.
La reflexión más acorde con la película es que se refiere a todos y cada uno de nosotros, tengamos o no superpoderes. El miedo a nosotros mismos, a la sledad, y por encima de todo, a enfrentarnos con nosotros mismos.
Es un miedo mucho más real y tangible que el susto pasajero que te provoca un efecto de sonido o una buena fotografía. Un miedo tan cercano que nos aterroriza.


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