sábado, 26 de junio de 2010

MIRASKI, SÁBADO POR LA NOCHE


Pensando en la pérdida de tiempo, solamente pierdo más tiempo.
Dolor de cabeza, insomnio, mucho cansancio. Inseguridad, desencanto, incertidumbre, irritación constante.
La virtud, creo, es que soy inteligente. Aunque a veces escondo eso para no molestar a los demás.
Empiezo a leer a Chejov, una vez más: Sólo, en la negra noche, bajo la lluvia sentí una profunda tristeza, como un hombre en el desierto que pierde toda esperanza en la vida.
Toda mi existencia, la pasada y la presente, me parecía inútil y vacía. ¿Qué podía esperar del futuro?

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