Me encantan las películas de los años 70, sobre todo las películas de ciencia ficción que se hicieron en ese período. Son oscuras, intensas, viscerales, pesimistas y muy premonitorias. Sin consesiones, sin finales felices. Y todas tienen un trasfondo político y social muy radical, muy revolucionario. En la mayoría de estos films, se representam amenazas ecológicas o tecnológicas, sistemas totalitarios, manipulación mediática, en fin, ya sabemos que la ciencia-ficción es un género que nos permiten hacer una metáfora del presente con escenarios futuros.
Podemos mencionar "THX 1138", "Omega man", "Rollerball" (incluso, si somos permisivos, podemos incluir la saga de "El planeta de los simios"). Y en este selecto listado no puede quedar afuera "Soylent Green" (conocida en Argentina como "Cuando el destino nos alcance", una traducción demasiado libre, es cierto, pero sirve muy bien para definir no sólo a este film, sino al lineamiento que tuvo el género por aquel entonces). El director es el venerado Richard Fleischer y el protagonista es Charlton Heston (actor fetiche de la ciencia ficción de los 70, luego devenido en reaccionario ultraderechista). También hay actuaciones de dos titanes de la época de oro de oro de Hollywood: Joseph Cotten y Edward Robinson.
No voy a contarles mucho sobre el argumento de "Soylent green", sólo diremos que transcurre en la ciudad de Nueva York en el año 2022. Hay una minoría que se alimenta y vive comodamente, y una mayoría que malvive hacinada en calles y edificios donde el agua se transporta en garrafas y su único alimento son unas pastillas químicas creadas por la corporación Soylent.
Tal como indica M. A. Moreno en su blog, la problemática de la película gira en torno del lanzamiento de un nuevo producto, Soylent Green (soja - lenteja verde). La trama adquiere aspectos macabros cuando el detective (Charlton Heston) va descubriendo la verdadera materia prima del nuevo producto lanzado para evitar la hambruna global.
Un film duro, políticamente incorrecto, con bellos momentos poéticos y una escena final memorable.
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