viernes, 1 de abril de 2011

EL ETERNAUTA DE LUCRECIA MARTEL


Hace mucho mucho tiempo, en una galaxia muy lejana, Lucrecia Martel fue elegida para llevar adelante la tan esperada adaptación cinematográfica de El Eternauta, un hecho que desató una encarnizada polémica entre defensores (pocos) y detractores (muchos). Finalmente, la versión del guión escrita por Martel fue desaprobada y quedó desvinculada del proyecto. Una vez más, la adaptación de El Eternauta quedó en la nada.
Aquí tenemos un fragmento de una entrevista que brindó Martel en la revista La Central, a fines del 2008, explicando y dando a conocer su punto de vista sobre una película que no se materializó:

–Elsa Oesterheld (viuda del guionista y co-propietaria de los derechos intelectuales de la obra) dice que no le gustaría “una Guerra de las galaxias”.
–Lo ideal sería que de El Eternauta existan todas las versiones posibles. Eso significaría el amor de muchos que sucumbieron ante el libro y quisieron, cada uno a su modo, hacer algo. Las versiones siempre tienen eso: devoción, pero también transformación; no sólo respeto.
–¿Qué elementos de la historieta llaman más tu atención?
–Muchas cosas responden a su época. Pero algo bastante moderno que tiene El Eternauta es el discurso del Mano. Ese fue, para mí, el punto de partida. Me parece que cuando conoce el miedo demuestra agudeza y humanidad extremas en sus dichos, en su análisis de la destrucción…
–¿Aplicarás en El Eternauta efectos especiales? Hasta ahora nunca lo hiciste en tus películas.
–Es muy difícil hacer una película con escenas de destrucción sin efectos especiales.
–Los temores de algunos de los fanáticos ortodoxos quizás sean los de encontrarse con una película despojada, austera, como puede entenderse tu obra anterior.
–Es muy difícil hacer de ésta una película despojada. Además hablamos de “una de género”. Más de terror que de ciencia ficción. ¿Pero cuál es el problema con los fanáticos? Que no reconocen a otros fanáticos. Se aceptan en grupos de hasta veinte.


–Te fuiste a un número muy alto…
–Yo también tengo mi fanatismo por El Eternauta. Tan respetable como el de todos ellos.
–En entrevistas reconociste querer llegar al público masivo. ¿Quizás El Eternauta sea el camino? Se acabó la trilogía salteña, rodás en Buenos Aires, la obra es conocida… ¿Qué concesiones te parecen justificables?
–Ninguna. Voy a hacer lo que me parezca que deba hacer. No creo que eso sea ir en contra del género. Ni quiero ir en contra de mí misma.
–Pero cuando los productores se encuentren con el guión terminado quizás haya instancias de negociación…
–No se negocia nada. Y no porque yo tenga mucha personalidad, sino porque no cabe otra. Lo contrario sería matar a la película.
–¿Por qué te la ofrecieron a vos?
–Habría que preguntárselo a Oscar Kramer, el productor argentino.
–¿Por qué crees vos que lo hicieron?
–Aunque en términos de mercado no dé pruebas de estar en sintonía con el gran público, quizás a alguien le demostré que puedo narrar cosas de cierta complejidad.
–Te alegra que El Eternauta sea tu primera película fuera de Salta.
–Tuve una relación fantástica con Buenos Aires. No es mi ciudad natal, pero es el
lugar donde me inventé una vida, no la genética.
–Y además sería la primera de tus obras en que un hombre asume el protagónico.
–Bueno, ahí está el primer gran cambio. El Eternauta es mujer (risas).
–¿Se puede publicar eso?
–¡Es mentira! Seguramente habrá, alguna vez, una versión donde la protagonista sea mujer. Pero no la haré yo. Probablemente la haga alguien que por estos días aprende a caminar.
–Sin llegar a ese extremo…¿Habrá modificaciones en tu versión respecto al papel que desempeñan las mujeres?
–Es inevitable. Porque no era lo mismo en los 50 que en el ahora en que transcurrirá la película.
–En El Eternauta parece haber una alianza interclasista, a partir de la invasión y de la suspensión de las reglas sociales preexistentes. ¿Cómo pensás trabajar eso?
–Tengo ideas. Tiene que haber alianzas, conflictos. De todo. Lo que pienso de los sobrevivientes es que algunos se adaptarán rápido, y otros arrastrarán sus sistemas de valores, haciendo lo imposible para sostener una ciudad que se cae a pedazos..



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