domingo, 17 de julio de 2011

GUARDIANES DE LUZ, BARONES DE LAS TINIEBLAS - 3


Por Gustavo Fernández

Escribir este ensayo resume una búsqueda de muchos años, con una evolución en las ideas, desde ser un integrante más del "pelotón de tuercas y tornillos" que con una concepción materialista veía en los ovnis simplemente naves, tripuladas o no, extraterrestres, hasta descubrirlos como vectores de una dimensión paralela que actúan como un arquetipo catalizador.

Unos, de acuerdo a la personalidad y bagaje genético y/o cultural de cada uno de nosotros, asumiendo las más variopintas manifestaciones, para despertarnos a esta Realidad Paralela. La pérdida del sistema celular de familia (en cuanto, más allá de los sinceros sentimientos, es un mecanismo del Sistema para abrumarnos de "responsabilidades" y "compromisos" que bloqueen la Búsqueda o dificultades económicas, todo lo cual nos lleva a "ver en la dirección correcta", superado la Noche Oscura de las dudas y las tribulaciones (donde muchos se detienen) para terminar descubriendo que cuando logramos "sintonizar" todo se encamina mejor... si tenemos el coraje de abandonar lo seguro.
Por lo que la seguridad (material, familiar, religiosa) es una forma de controlar a las masas, y de allí que se nos eduque desde pequeños en cuanto a que lo que se sale de lo seguro sólo merece denuestos (locura, irresponsabilidad, reproches de los seres queridos, soledad).


La Causalidad rige el Universo. Acabo de hacer un paréntesis en el escribir y tomo un libro para distraerme. Es "Una realidad aparte", de Carlos Castaneda. Abro una página al ¿azar?: "El mundo es así-y-así o así-y-asá sólo porque nos decimos a nosotros mismos que esa es su forma. Si dejamos de decirnos que el mundo es así-y-asá, el mundo deja de ser así-y-asá. En este momento no creo que estés listo para un golpe tan enorme; por eso debes empezar despacio a deshacer el mundo".
¿Casualidad? El libro tiene 302 páginas de texto y precisamente allí (¿bibliomancia?) cae mi vista. No: es un S.P.A. Una señal de que estoy haciendo lo correcto, el Wu Wei del Universo, en un sentido jungiano. Me resultaría sencillo enmascarar la información y conclusiones dadas en este trabajo como fruto de algún tipo de "revelación" de orden superior. Creo que eso es lo que hacen algunos "contactados" que predican su propia óptica de las cosas, claro que poniéndolo en boca de algún mensajero extraterrestre o espiritual.
No es lo mismo, claro, que Gustavo Fernández afirme que las inteligencias que nos visitan tienen tal o cual intención, que Fernández revele haber sido contactado telepáticamente por el comandante galáctico Ikrena o el ángel Istarion - El. En todo caso, si hay algo atípico en esta lectura, conceda el lector la pitanza de ver este bodoque literario como una forma ersatz de escritura automática inconsciente.

Si la filogénesis repite la ontogénesis, si la evolución del ser (humano, por ejemplo) va desde el sencillo espermatozoide flagelado hasta el bebé con conciencia pasando por el renacuajo y el mamífero placentario, si ello es cierto (y hasta la Biología ortodoxa lo sostiene) la evolución en los distintos ciclos de vida, encarnación tras encarnación, repite la evolución biológica, de estadío en estadío.


Esto, claro, no lo dice la Biología. Ni siquiera este autor. Sin hablar de filogenia u ontogenia, pero sosteniendo que la metempsicosis cumple función similar al crecimiento del feto, lo decía ya Pitágoras. Si es un concepto revolucionario hoy, piensen en veintitrés siglos atrás. Por esto y otras "audacias" Cirión de Trotona (el primer Illuminati inquisitorial conocido) "empujó" al suicidio a Pitágoras y envió a la muerte a muchos de sus discípulos. Hizo Cirión lo imposible para borrar hasta su recuerdo, tarea inútil por lo que vemos.
La ontogenia siendo repetida por la filogenia y ésta por la reencarnación, he ahí una enseñanza invalorable y clave de crecimiento interior. Un crecimiento sistemáticamente torpedeado por las Iglesias, todas, necesitadas de vendernos la explicación mágica del creacionismo.
Somos imagen y semejanza de un dios. Ante la evidencia del evolucionismo y la férrea tozudez de los creacionistas, uno cae en el riesgo de la herejía espontánea: si Dios nos hizo a su imagen y semejanza pero tenemos tanta familiaridad con los simios, entonces la imagen de Dios es la de un mono.
Y en plan de irreverencias doctrinales y manejos de energías, no sería desatinado volver aquí sobre la naturaleza antropofágica de nuestros cultos. ¿Qué es el simbolismo de la liturgia misal, sino la sublimación del viejo rito de almorzarse al rey-sacerdote? No es ocioso recordar que muchas de las más antiguas culturas lo hacían. Los celtas, como ejemplo, enfrentaban en ocasiones la contingencia de una cierta endofagia semi divina. Se comían a su rey. En el preciso caso de los celtas, el pavoroso proceso era precedido por el acto de la cópula del rey con una yegua blanca, que luego era trozada y hervida en un gigantesco caldero... junto con el desdichado monarca, para después ser esta pareja zoofílica el plato principal del pueblo en esa infausta ocasión.
Sexo bestial, muerte, canibalismo. Difícil digerir (fallida elección del verbo) tanta violencia sádica al pensamiento tercermilenarista. Pero a la irrefutabilidad histórica de estos hechos puede anteponerse la certeza de que, al igual que los masivos sacrificios entre los mayas, no han sido per se orígenes de nada sino recuerdos tergiversados (intencionalmente, sospecho) del conocimiento aún más arcaico (ignoro si de "esta" Humanidad o una anterior) de una transmutación alquímica: la de elevar las energías sexuales de la categoría animal a la semi divina y el peligro latente del vampirismo vital.

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