Por Dr. Jorge R. Olguín
En el principio del libro EL CIELO RESPONDE se lee el siguiente párrafo: "Al comienzo era la singularidad, era la nada y era el Todo. Había terminado un Ciclo y el Absoluto no se encontraba manifestado. Luego, en un nanosegundo, se manifestó a través de diversas creaciones. Hubo un Big Bang donde comenzó nuevamente el espacio-tiempo para dar cabida al universo físico y a los supra universos espirituales. El Absoluto crea entonces a los Elohim o dioses menores, que son los que continúan la tarea creadora en los distintos universos. Deriva la tarea principal a 72 Elohim.
Los Elohim crean entonces a los distintos seres angélicos (serafines, querubines, tronos, dominaciones, potestades, virtudes, principados, arcángeles y ángeles), a los elementales de la naturaleza (gnomos, sílfides, salamandras, ondinas, hadas, ninfas, trasgos, sátiros, faunos, peris, vestiglos, sirenas, etc.) y a los espíritus, que encarnan en el plano físico para comenzar su evolución".
A continuación paso a explicar la tremenda conspiración organizada por algunos Elohim. Pasaron los milenios y en el planeta Tierra fueron quedando atrás las distintas eras. El ser humano ya poseía un lenguaje escrito. La historia estaba en sus comienzos. De esos 72 Elohim originales, había seis de ellos que pusieron atención en nuestro mundo. Coincidió con la época en que el Eloah Jehová fue nombrado Logos del planeta Tierra.
Esos seis Elohim estaban en contacto telepático con los Ha, seres de Vega V. Los Ha eran despóticos, crueles, manipuladores. Uno de esos Elohim o dioses menores era el logos de ese planeta. Se llamaba Elyón, que significa Supremo, y consentía la conducta equivocada de los Ha. Los otros cinco Elohim eran Hashem, Shadai, Quadosh, Ramahan y Adonai. Salvo este último, todos los demás gozaban como propia las ansias de poder de la raza Ha.
Si me permiten la expresión, observaban la conducta de los Ha durante milenios, como si nosotros miráramos una obra de teatro. Era evidente que, a pesar del plano elevado de los Elohim, el ego había hecho presa de algunos de ellos. Y su espejo físico eran los Ha. Esa raza desarrolló su tecnología y comenzó primero con exploraciones dentro de su sistema estelar y luego, con viajes interestelares. Así fue como llegaron a la Tierra, donde se armó la gran conspiración.
La Biblia tiene varios relatos que cuentan sobre la crueldad de los Ha, supervisados por los Elohim. Y Jehová, el logos planetario, permisivo con el mal, no se opuso a la crueldad de los extraterrestres, aunque no aceptaba el compartir su "poder" con otros Elohim, pues era celoso de sus posesiones. Algunos escritos prueban que Elyón igual impuso su dominio real en el planeta Tierra.
Transcribo un dato bíblico: El Deuteronomio, en su versión más antigua, dice que "cuando Elyón repartió las naciones, cuando distribuyó a los hijos de Adán, fijó las fronteras de los pueblos según el número de sus habitantes, reservando para Jehová uno de esos pueblos" (Deuteronomio 32, 8-9). Jehová, aún siendo logos planetario, permitía que otros Elohim tomaran decisiones sobre la raza humana. Esos Elohim o dioses menores se reunían periódicamente en un lugar llamado "la montaña de la Asamblea" o "el monte de la Reunión", ubicado en los confines del monte Safón (Isaías 14,13).
Obviamente, los que se reunían no eran los Elohim, pues éstos no necesitan de un lugar físico. Los que conformaban esa Asamblea eran los Ha, la raza venida de Vega V. Las pruebas están en los escritos bíblicos, pues en el Salmo 82 hay constancia de una de esas reuniones: "Elyón se yergue en la Asamblea Divina, en medio de los dioses juzga: ¿Hasta cuando juzgaréis injustamente y a los malvados mimaréis?... Yo he dicho: ¡Dioses sois, e hijos de Elyón todos vosotros!
Sin embargo, como hombres moriréis, y como cualquiera de los príncipes caeréis". Es obvio que los Ha obedecían a Elyón, y allí Jehová no tenía parte. Los antiguos escritos daban a entender que los "dioses" se corporizaban.
En Génesis 32,25 Jacob luchó cuerpo a cuerpo contra un ser extraño y éste reconoció finalmente ser uno de los Elohim. No cabe duda que Jehová pactó con Elyón, pues los Ha también se pusieron a su disposición.
En Éxodo 33,11 Moisés conversaba en la tienda de la Reunión con Jehová y no cabe duda que un ser de Vega V era el que caracterizaba a un dios, pues el escrito dice que están frente a frente "como conversa un hombre con su amigo". En ocasiones, incluso paseaba de incógnito por el campamento, por lo que exigía que todas las deyecciones de su pueblo estuviesen debidamente enterradas (Deuteronomio 23, 13-15), como si él fuera un hombre como los otros, sensible a la suciedad.
Lo que diferenciaba a los Ha de los humanos, más que su aspecto físico, era el poder que poseían y que las tribus apodaban la "Gloria de Jehová". Esa "columna de nube" que se transformaba en columna de fuego durante las noches de travesía por el desierto y a la que con tanto detalle se refiere el Éxodo, debió tratarse de la nave de los Ha.
Dr. Jorge R. Olguín - jorge_raul_olguin@hotmail.com
En el principio del libro EL CIELO RESPONDE se lee el siguiente párrafo: "Al comienzo era la singularidad, era la nada y era el Todo. Había terminado un Ciclo y el Absoluto no se encontraba manifestado. Luego, en un nanosegundo, se manifestó a través de diversas creaciones. Hubo un Big Bang donde comenzó nuevamente el espacio-tiempo para dar cabida al universo físico y a los supra universos espirituales. El Absoluto crea entonces a los Elohim o dioses menores, que son los que continúan la tarea creadora en los distintos universos. Deriva la tarea principal a 72 Elohim.
Los Elohim crean entonces a los distintos seres angélicos (serafines, querubines, tronos, dominaciones, potestades, virtudes, principados, arcángeles y ángeles), a los elementales de la naturaleza (gnomos, sílfides, salamandras, ondinas, hadas, ninfas, trasgos, sátiros, faunos, peris, vestiglos, sirenas, etc.) y a los espíritus, que encarnan en el plano físico para comenzar su evolución".
A continuación paso a explicar la tremenda conspiración organizada por algunos Elohim. Pasaron los milenios y en el planeta Tierra fueron quedando atrás las distintas eras. El ser humano ya poseía un lenguaje escrito. La historia estaba en sus comienzos. De esos 72 Elohim originales, había seis de ellos que pusieron atención en nuestro mundo. Coincidió con la época en que el Eloah Jehová fue nombrado Logos del planeta Tierra.
Esos seis Elohim estaban en contacto telepático con los Ha, seres de Vega V. Los Ha eran despóticos, crueles, manipuladores. Uno de esos Elohim o dioses menores era el logos de ese planeta. Se llamaba Elyón, que significa Supremo, y consentía la conducta equivocada de los Ha. Los otros cinco Elohim eran Hashem, Shadai, Quadosh, Ramahan y Adonai. Salvo este último, todos los demás gozaban como propia las ansias de poder de la raza Ha.
Si me permiten la expresión, observaban la conducta de los Ha durante milenios, como si nosotros miráramos una obra de teatro. Era evidente que, a pesar del plano elevado de los Elohim, el ego había hecho presa de algunos de ellos. Y su espejo físico eran los Ha. Esa raza desarrolló su tecnología y comenzó primero con exploraciones dentro de su sistema estelar y luego, con viajes interestelares. Así fue como llegaron a la Tierra, donde se armó la gran conspiración.
La Biblia tiene varios relatos que cuentan sobre la crueldad de los Ha, supervisados por los Elohim. Y Jehová, el logos planetario, permisivo con el mal, no se opuso a la crueldad de los extraterrestres, aunque no aceptaba el compartir su "poder" con otros Elohim, pues era celoso de sus posesiones. Algunos escritos prueban que Elyón igual impuso su dominio real en el planeta Tierra.
Transcribo un dato bíblico: El Deuteronomio, en su versión más antigua, dice que "cuando Elyón repartió las naciones, cuando distribuyó a los hijos de Adán, fijó las fronteras de los pueblos según el número de sus habitantes, reservando para Jehová uno de esos pueblos" (Deuteronomio 32, 8-9). Jehová, aún siendo logos planetario, permitía que otros Elohim tomaran decisiones sobre la raza humana. Esos Elohim o dioses menores se reunían periódicamente en un lugar llamado "la montaña de la Asamblea" o "el monte de la Reunión", ubicado en los confines del monte Safón (Isaías 14,13).
Obviamente, los que se reunían no eran los Elohim, pues éstos no necesitan de un lugar físico. Los que conformaban esa Asamblea eran los Ha, la raza venida de Vega V. Las pruebas están en los escritos bíblicos, pues en el Salmo 82 hay constancia de una de esas reuniones: "Elyón se yergue en la Asamblea Divina, en medio de los dioses juzga: ¿Hasta cuando juzgaréis injustamente y a los malvados mimaréis?... Yo he dicho: ¡Dioses sois, e hijos de Elyón todos vosotros!
Sin embargo, como hombres moriréis, y como cualquiera de los príncipes caeréis". Es obvio que los Ha obedecían a Elyón, y allí Jehová no tenía parte. Los antiguos escritos daban a entender que los "dioses" se corporizaban.
En Génesis 32,25 Jacob luchó cuerpo a cuerpo contra un ser extraño y éste reconoció finalmente ser uno de los Elohim. No cabe duda que Jehová pactó con Elyón, pues los Ha también se pusieron a su disposición.
En Éxodo 33,11 Moisés conversaba en la tienda de la Reunión con Jehová y no cabe duda que un ser de Vega V era el que caracterizaba a un dios, pues el escrito dice que están frente a frente "como conversa un hombre con su amigo". En ocasiones, incluso paseaba de incógnito por el campamento, por lo que exigía que todas las deyecciones de su pueblo estuviesen debidamente enterradas (Deuteronomio 23, 13-15), como si él fuera un hombre como los otros, sensible a la suciedad.
Lo que diferenciaba a los Ha de los humanos, más que su aspecto físico, era el poder que poseían y que las tribus apodaban la "Gloria de Jehová". Esa "columna de nube" que se transformaba en columna de fuego durante las noches de travesía por el desierto y a la que con tanto detalle se refiere el Éxodo, debió tratarse de la nave de los Ha.
Dr. Jorge R. Olguín - jorge_raul_olguin@hotmail.com
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