martes, 26 de julio de 2011

LA CONSPIRACIÓN ELOHIM - PARTE 3

Por Dr. Jorge R. Olguín
Jehová semejaba un animal cebado en sangre. En Números 31, 2 le dice a Moisés: "Haz que los israelitas tomen venganza de los madianitas". Así fue que mataron a todos los varones e "hicieron cautivas a las mujeres de Madián y a sus niños, y saquearon su ganado, sus rebaños y todos sus bienes. Dieron fuego a todas las ciudades en que habitaban y a todos sus campamentos" (Números 31, 9-10).
Y no conforme con eso, Moisés ordenó matar "a todos los niños varones y a toda mujer que haya conocido varón" (Números 31,17). Posteriormente, bajo las órdenes de Moisés, el "pueblo elegido" se repartía el botín, tras los saqueos.
En esa ocasión, parte del botín eran las "32.000 mujeres que no habían dormido con varón" (Números 31, 28). Los Ha, sin que los remuerda ninguna conciencia, participaban "en el nombre de Jehová", de una gran tajada: En el texto bíblico se especifica que a Jehová le correspondieron 675 cabezas de ganado lanar, 72 de vacuno y 61 de asnal, así como 32 prisioneros (Números 31, 32-40).
"El total del oro que reservaron para Jehová, de parte de los jefes de Millar y de Cien, fue de 16.750 siclos" (Números 31, 52). Aún para los más escépticos cuesta aceptar que un "dios" precise ganado, dinero y esclavas... salvo que los supuestos dioses fueran extraterrestres. Los magnicidios de Jehová, con Moisés y los Ha como cómplices, los pueden hallar en distintas partes de la Biblia: Al relatar la conquista del reino de Sijón, Moisés comenta como Jehová le ordenó apoderarse de ese territorio y la batalla que tuvo lugar en Yahás, confesando: "Nos apoderamos entonces de todas sus ciudades y consagramos al anatema toda ciudad: hombres, mujeres y niños, sin dejar superviviente" (Deuteronomio 2, 34).

Ese hecho se reiteraría con la conquista del reino de Og, reconociendo el texto bíblico que mataron a todos sus habitantes "sin dejar ni un superviviente" (Deuteronomio 3, 3). El exterminio se repite cuando el pueblo israelita ataca a los benjaminitas por orden expresa del perverso Eloah: "Jehová derrotó a Benjamín ante Israel y aquel día los israelitas mataron en Benjamín a veinticinco mil cien hombres, todos ellos armados de espada" (Jueces 20, 35), añadiendo a continuación que después "pasaron a cuchillo a los varones de la ciudad, al ganado y a todo lo que encontraron" (Jueces 20, 48). Moisés no era el único cómplice de la crueldad del Eloah, pues en otro de los escritos bíblicos, Samuel le transmite a Saúl por orden de Jehová, en relación a la guerra que entablaron con los amalecitas: "Ahora vete y castiga a Amalec, consagrándolo al anatema con todo lo que posee; no tengas compasión de él, mata hombres y mujeres, niños y lactantes, bueyes y ovejas, camellos y asnos" (I Samuel 15, 3). Saúl obedeció a Samuel y "capturó vivo a Agag, rey de los amalecitas, y pasó a todo el pueblo a filo de espada en cumplimiento del anatema" (I Samuel 15, 8).
Uno de los más grandes exterminios fue en la batalla celebrada entre los israelitas comandados por Asá y Judá, y el millón de etíopes dirigidos por Zeraj, que finalizaría con la muerte de todos ellos "hasta no quedar uno vivo" (II Crónicas 14, 12).
Quiero destacar de "El libro de Enoch" dos capítulos bastantes ilustrativos. Recordemos que San Agustín afirmaba que la Iglesia lo rechazaba de su canon, debido a que lo consideraba muy antiguo y que, sin embargo, fue aceptado por los primeros cristianos, entre ellos, San Clemente de Alejandría. Enoch (el que caminó en compañía de los Ha y éstos lo arrebataron al Cielo) nos habla sin tapujos de la unión entre los veganos y las hijas de los hombres, y completa algunos datos que se calla el Génesis. En el capítulo VI, versículos 1-8 y capítulo VII, versículos 1-6, dice: "Así pues, cuando los hijos de los hombres se hubieron multiplicado y les nacieron en esos días hijas hermosas y bonitas, y los ángeles, hijos de los cielos, las vieron y las desearon, se dijeron entre ellos: Vamos, escojamos mujeres entre los hijos de los hombres y engendremos hijos.

Entonces, Semyaza, su jefe, les dijo: Temo que quizás no queráis (realmente) cumplir esa obra, y seré, yo solo, responsable de un gran pecado. Pero los otros le contestaron: Hagamos todos juntos un juramento y prometámonos todos con un anatema no cambiar de destino, sino ejecutar realmente (ese destino)..."
Los Ha participan en varios episodios de la Biblia. Algunos de los personajes bíblicos "fueron arrebatados a los cielos por misteriosos torbellinos y carros de fuego". Era evidente que los veganos abducían a los terrestres para algún tipo de estudio o experimentación. El profeta Elías fue arrebatado por un torbellino ante los ojos de 50 profetas y de su compañero Eliseo.
Enoch fue llevado a los cielos en un carro de fuego.
El profeta Isaías también fue subido a los cielos, acompañado de varios "ángeles". En el Nuevo Testamento se relata otro "arrebatamiento": Felipe fue llevado por un carro y transportado cerca de 40 km. Las "visiones" de Ezequiel son narradas en otro de los libros.
En resumen: La crueldad de los Elohim, en complicidad con los Ha y Moisés, no tiene parangón. Afortunadamente, cuando Jesús desencarnó fue nombrado por los Lípikas, nuevo Logos planetario, y la Conspiración Elohim pasó a la historia.

Dr. Jorge R. Olguín - jorge_raul_olguin@hotmail.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

por eso dice k dios murio por la redencion de nuestros écados tuvo k morir para arrebatarle influenzia a los elohom o a los ha? dices eso¡?¡¡


responde a rafahotman@hotmailcom