Ganadora por unanimidad. Creo que la trascendencia y la importancia de este film podrán apreciarse más detenidamente con el paso de los años. Es de esas películas que crecen con el tiempo, llegando a la categoría de clásicos indiscutidos.
Sin exagerar, uno ve PETRÓLEO SANGRIENTO y piensa: "acá hay un antes y un después, no sé explicarlo, pero algo está cambiando en la manera de entender el cine". Y esto no tiene nada que ver con los efectos visuales ni los avances tecnológicos (de hecho, en Petróleo Sangriento no hay nada de eso, se trata de una película más bien modesta). Tiene que ver más que nada con la forma de entender el cine, la puesta en escena, la estructura narrativa.
P. T. Anderson vuelve al cine tras un vacío de cuatro años. Vuelve con unos cuantos cambios con respecto a su filmografía anterior: no están los actores de su staff, no está la música de Jon Brion. Tenemos a Daniel Day-Lewis en otra de sus brillantes y soberbias actuaciones. Tenemos el Lejano Oeste. Tenemos una re-lectura sobre el nacimiento de un imperio. Tenemos las pasiones humanas llevadas al extremo. Tenemos todo eso y más.
Tenemos a P. T. Anderson en su mejor momento, y no es poco pedir.
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