La primera película del multifacético cineasta francés Luc Besson se estrenó en 1983 y se tituló "Le Dernier Combat" (cuya traducción vendría a ser "El último combate", aunque en unos cuantos países se estrenó como "El último kamikaze" o "Kamikaze 1999").
Hace unos años, Luc Besson explicó que él y sus colaboradores no tenían dinero y decidieron salir a buscar inversores. Sólo consiguieron cuatro productores: una agencia de viajes, una tienda de zapatos, un sujeto que había heredado cuatro perras de una abuela recién fallecida y una última persona que había perdido una pierna en un accidente de coche y que les entregó la mitad de la indemnización.
Como resultado de este rejunte de fondos, Besson realizó una intensa e interesante película de ciencia ficción en blanco y negro (y sin diálogos) que no se parece a ninguno de los films que realizó después. Uno de los actores es ni más ni menos que Jean Reno (muchos años antes de consagrarse con "El perfecto asesino", también de Besson).
"El último combate" nos muestra las ruinas de una civilización devastada por la que deambulan unos pocos seres humanos incapaces de comunicarse de otra manera que no sea por gestos y que, en su desesperación, luchan encarnizadamente por mantenerse a salvo en sus refugios y alimentarse. Instantáneas desoladoras, silencios interminables, rostros curtidos por la soledad más pura, montañas de escombros que simbolizan el auténtico y perentorio horror de los hombres, tinieblas bajo el sol…
Luc Besson consiguió una obra de culto. Es probable que la idea surgiera de algún cómic ("El perfecto asesino" está inspirada en "Golgo 13", la obra maestra de uno de los genios del manga, Takao Saito), aunque eso no ha sido confirmado por el cineasta
Según Martín Garrido, está claro que alguien capaz de concebir y rodar "El último combate" ha nacido para hacer cine, y eso que Besson no iba camino de convertirse en realizador, ya que sus padres eran monitores de submarinismo y cuando era joven sus perspectivas de futuro estaban iluminadas por la ilusión de convertirse en biólogo marino. Afortunadamente para sus seguidores, que no son pocos, un accidente de buceo le impidió perseguir este sueño y terminó por dedicarse al cine, medio en el que tantos éxitos ha cosechado.
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