Es muy difícil mantener una idea, un pensamiento, sin que se filtren elementos ajenos a ellos, es decir: otras imágenes, otras ideas, otros pensamientos. A estos contenidos erráticos de conciencia, los llamamos "ensueños".
Los ensueños son inestables y cambiantes y constituyen impedimentos al trabajo de la atención.
Llamamos "ensueños secundarios" a aquellos que se disparan cotidianamente y que tienen carácter situacional, es decir, pasajero. Un invidiuo que se encuentra en una situación, es sometido a un conjunto de presiones externas y surgen respuestas de ensueños secundarios; cambia a otra situación y surgen otras respuestas de ensueños secundarios. Consideramos a estos com ensueños secundarios o situacionales porque se disparan en respuesta, en compensación de situaciones más o menos precisas.
Pero existen otros ensueños de mayor fijeza o repetición que aún variando denotan un mismo clima mental, una misma "atmósfera" mental.
Aquellas imágenes que surgieron por única vez en una situación dada y después desaparecieron son bien diferentes a estas otras imágenes que, aunque cambiemos de situación, aparecen repetitivamente.
El estudio de los ensueños secundarios y de los ensueños en otros niveles sirve para determinar cierto núcleo fijo de divagación que es un fuerte orientador de tendencias psíquicas.
En otras palabras, que las tendencias vitales de una persona, a parte de las condiciones que imponen las circunstancias, están lanzadas a alcanzar esa imagen, ese ensueño fijo que las guía.
Este núcleo fijo se va a manifestar como imagen. Esta imagen va a tener la propiedad de orientar al cuerpo, de orientar las actividades en una dirección. La imagen apunta en una determinda dirección y allá va toda la estructura.
El núcleo de ensueño orienta a numerosas tendencias de la vida humana en una dirección no advertida claramente desde la vigilia y muchas de las razones que una persna pudiera dar sobre algunas de sus actividades, en realidad están movidas por ese núcleo y no están movidas pr esas "razones": más bien estas razones son función de ese núcleo.
Los ensueños son inestables y cambiantes y constituyen impedimentos al trabajo de la atención.
Llamamos "ensueños secundarios" a aquellos que se disparan cotidianamente y que tienen carácter situacional, es decir, pasajero. Un invidiuo que se encuentra en una situación, es sometido a un conjunto de presiones externas y surgen respuestas de ensueños secundarios; cambia a otra situación y surgen otras respuestas de ensueños secundarios. Consideramos a estos com ensueños secundarios o situacionales porque se disparan en respuesta, en compensación de situaciones más o menos precisas.
Pero existen otros ensueños de mayor fijeza o repetición que aún variando denotan un mismo clima mental, una misma "atmósfera" mental.
Aquellas imágenes que surgieron por única vez en una situación dada y después desaparecieron son bien diferentes a estas otras imágenes que, aunque cambiemos de situación, aparecen repetitivamente.
El estudio de los ensueños secundarios y de los ensueños en otros niveles sirve para determinar cierto núcleo fijo de divagación que es un fuerte orientador de tendencias psíquicas.
En otras palabras, que las tendencias vitales de una persona, a parte de las condiciones que imponen las circunstancias, están lanzadas a alcanzar esa imagen, ese ensueño fijo que las guía.
Este núcleo fijo se va a manifestar como imagen. Esta imagen va a tener la propiedad de orientar al cuerpo, de orientar las actividades en una dirección. La imagen apunta en una determinda dirección y allá va toda la estructura.
El núcleo de ensueño orienta a numerosas tendencias de la vida humana en una dirección no advertida claramente desde la vigilia y muchas de las razones que una persna pudiera dar sobre algunas de sus actividades, en realidad están movidas por ese núcleo y no están movidas pr esas "razones": más bien estas razones son función de ese núcleo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario