sábado, 21 de agosto de 2010

UN DÍA EN FAMILIA


Hace unos años pude ver esa obra maestra titulada "La vida después de la muerte", del cineasta japonés Hirokazu Kore-eda y quedé maravillado con ese despliegue de originalidad, creatividad y, sobre todo, sensibilidad que destila el film.
Esta semana pude ver la última realización de Kore-Eda, "Un día en familia", donde capta minuciosamente un encuentro en una familia común y corriente, con sus acercamientos y distanciamientos, sus rencores del pasado, sus imposibilidades para incomunicarse aunque siempre, aunque sea en pequeños retazos, persiste y predomina el lazo, el sentimiento compartido, la identificación con el otro y su devenir.
Todo el tiempo hay un ritmo muy suave, muy documental, con un tono agridulce. Todas las situaciones son muy hogareñas y aparentemente intrascendentes. No esperen grandes conflictos ni grandes tragedias; Kore-eda se va deslizando lentamente en la intimidad de estos personajes para ir desentrañando, de a poco y sin apuro, sus preocupaciones y remordimientos más profundos. Las cosas no se dicen pero están en el ambiente. Pasa todo sin pasar nada.
Como dice Jordi Revert: este film de Kore-eda es absorvente donde la exploración de las relaciones familiares y el peso del pasado son la única premisa que encontrará. Una película que sólo puede entenderse desde el ritmo que marcan las emociones...


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