Por Walter Graziano - Parte 19
Hemos escuchado muchas veces que el Banco Central estadounidense, o sea el Federal Reserve Bank (FED), es la entidad más poderosa del mundo.
Aunque el FED está en condiciones de generar secesiones, depresiones, reactivaciones y euforias financieras, ante las cuales los políticos de turno en
El FED fue creado por ley del Congreso el 22 de diciembre de 1913. Los banqueros privados, en aquel momento, venían criticando en forma pública la ley que creaba un Banco Central en Estados Unidos. Sin embargo, en forma reservada, los principales banqueros norteamericanos se frotaban las manos ante esa ley que habían logrado sacar, entre gallos y medias noches, gracias al senador Aldrich, casado con una hija del magnate John D. Rockefeller I. Una gran cantidad de legisladores se encontraban ausentes al acercarse
No cabe duda de que el mejor negocio de
El primer Banco Central creado fue el Banco de Inglaterra. Ya antes de las guerras napoleónicas los Rothschild poseían un enorme poder financiero en toda Europa. Deseaban aumentarlo y así establecer las políticas financieras en los principales países europeos. Lo mismo pudieron hacer durante el transcurso del siglo XIX con los bancos centrales de Francia y Alemania. A menudo financiaron guerras entre los países, con la estrategia de prestarles a ambos bandos. De esta manera, cuando las guerras finalizaban, las naciones y las casas reales quedaban endeudadas y cada vez más dependientes de los banqueros.
Fueron los Rothschild quienes decidieron ingresar a Estados Unidos financiando a clanes familiares que resultaban "amigos incondicionales": los Rockefeller, los Morgan, Carnegie, los Harriman, etc.
Por lo tanto, no debe llamar la atención del lector que el FED no sea un Banco Central común y corriente. No es como el Banco Central de cualquier país latinoamericano o el Banco Central Europeo. No es propiedad del Estado. Es, lisa y llanamente, un banco privado. Y se trata de un banco privado propiedad de unos pocos bancos privados. Por ejemplo, de los 19,7 millones de acciones del FED, unas 12,2 millones de acciones (62%) eran propiedad de sólo tres bancos hacia fines de 1994: El Chase Manhattan, el Citibank y el Morgan Guaranty Trust. Tres grandes apellidos desde hace muchas décadas han controlado y controlan esos bancos: Rockefeller, Rothschild, Davison (Morgan).
¿Dónde está el poder, entonces? Es correcto deducir que unos pocos clanes familiares dominan la estructura de los bienes considerados estratégicos para el dominio global: energía, banca, armas y laboratorios. Pero es ridículo pensar que a esta altura del siglo XXI una decena de personas pueda sentarse a una mesa a decidir qué hacer con el mundo sin más ni más. La realidad es más sutil, más "perfecta", aunque no menos espantosa.
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